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¿Qué tipo de suegros tienes? Aprende a convivir con ellos

¿No toleras a tus suegros? Identifica de qué tipo son los tuyos y aprende a convivir o más bien sobrevivir.

 ¿Sabes cómo limar asperezas y establecer límites para tener una buena relación con ellos? Dicen que cuando te casas con alguien, lo haces también con su familia. Esto significa aprender no sólo a convivir, sino a negociar con ella y aceptar que hay otras formas de pensar.

 

Sobrevive a tu familia política

 

Lo mejor para cualquier relación es mantener una buena comunicación entre todos, pero ¿quién no tiene una anécdota sobre una suegra imprudente? Si la propia es un encanto, seguro tenemos una amiga que se ha puesto verde más de una vez por un conflicto así. Pensando al respecto, recuerdo a Ana, quien me contaba que sus suegros iban todos los días a su casa cuando nació su hija. Su marido pensaba que eran verdaderamente lindos por apoyar a su esposa, y con esas mismas palabras se lo expresaba. Así que no sólo tuvo que aprender a ser mamá y librar el posparto: encima de todo, tenía que aventarse a la suegra diciéndole todo el día cómo y qué tenía que hacer con la niña. Hoy su relación con su familia política va mejor, sin embargo ha sido un largo camino en busca de estrategias para establecer límites y muy importante, para no dañar la relación con su esposo.

¿Cómo salir bien librada de una situación así? A pesar de que surjan muchas situaciones inesperadas, no tienen porqué volverse motivo de tensión familiar si se saben manejar. Aquí te presentamos varios tipos de suegros y algunos consejos sobre qué hacer ante diversos escenarios. En situaciones difíciles debes hacerles ver qué te molesta y preocupa, pero mucho cuidado, por ningún motivo debe parecer que los estás acusando de poner en riesgo a sus nietos.

 



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Los demandantes

 

El esposo de Alejandra no es de la ciudad, y sus papás han decidido visitarlos cada que hay oportunidad, es decir, cuando la familia tiene vacaciones. Esto implica tener a los suegros en casa varias semanas al año, en las que ella podría convivir con su marido e hijos, pero los señores “aprovechan” del primer al último día para estar con ellos. Para Alejandra ha sido frustrante ya que su pareja espera con gusto la visita de sus padres, y ellos ansían estar con sus nietos. Entonces, ¿qué hacer para no terminar siendo la mala del cuento?

  • ¿Qué hacer?

Si tus suegros son del estilo que gusta de controlar el tiempo ajeno, una estrategia adecuada es ceder espacio de tu propia familia y pedir a tu esposo que también lo haga. Envíales por mail fotos de los niños y dibujos de la escuela. No será igual, pero los hará sentir presentes y parte importante de su vida. Mantenlos actualizados de sus logros, llámales de vez en cuando y deja que platiquen por un rato.

 

Los que piensan que eres sobre protectora

 

Ana trabaja como enfermera, por lo que en varias ocasiones su hija de cuatro meses ha pasado la noche en casa de sus abuelos paternos; recientemente se dio el susto de la vida cuando se enteró de que la niña dormía boca abajo, pues por su profesión sabe que esta posición puede provocar la muerte de cuna. Para ella no hay vuelta de hoja, cuando se trata de la seguridad de su hija no está dispuesta a transigir, aunque sabe que necesita el apoyo de los suegros para su cuidado.

  • ¿Qué hacer?

El objetivo en situaciones como ésta es hacerles ver qué te molesta y preocupa, pero mucho cuidado, por ningún motivo debe parecer que los estás acusando de poner en riesgo la vida de sus nietos. Platiquen de manera tranquila y diles que sabes que cuando criaron a sus hijos las cosas eran de otra forma, y que si bien no eres especialista, el pediatra ha sido muy insistente en este tema, por lo que es importante atender sus indicaciones. El punto es que no sientan que los estás acusando de ser unos abuelos descuidados y que sea otra autoridad quien sugiera lo que les pides.

 

Revisa Los abuelos: ¿Ayudan o interiferen?

 

Los que pasan los límites

 

Recibir consejos que nadie está pidiendo es incómodo, sin embargo hay que estar lista para salir bien librada porque generalmente se dan en momentos de crisis. Uno clásico de otras generaciones es que sugieran que un par de nalgadas resolverá los berrinches del niño. En esos casos, basta con ser muy práctica y decir “A él le funciona mejor un tiempo fuera” o “No se preocupen, puedo manejarlo”. Hay que ser cordial pero firme, de esa manera entenderán que quienes deciden cómo educar a tu hijo no son ellos.

  • ¿Qué hacer?

Luis es un niño de tres años con un pequeño problema de lenguaje al que sus abuelos decidieron, sin consultar a sus papás, darle terapia cuando se quedaban con él, actividad para la que no estaban calificados. Un día que su mamá fue a recogerlo, no supo ni qué decir cuando vio que el niño salió hablando raro y notó que estaba pegando la lengua al paladar. En situaciones tan delicadas, deberás poner un alto muy firme y dejarles saber lo enojada que estás. Puedes suavizarlo con un “Sé que están tratando de ayudar pero este tema tan sensible preferimos resolverlo nosotros”. Finalmente, ya tuvieron la oportunidad de educar a sus hijos.

 

Los que critican tus decisiones

 

Hay situaciones en las que es probable que una suegra no pueda evitar hacer comentarios, sobre todo cuando tú eres una mamá muy diferente a ella y cree que está procurando el bienestar de sus nietos con su intervención. Para Carla, una joven mamá que trabaja tiempo completo, fue muy doloroso escuchar la forma en que le decía lo impresionada que estaba de cómo querían sus hijos a la nana y de la suerte que tenía de haberla encontrado, ya que trabajaba durante tantas horas. Su marido labora por su cuenta, por lo cual no tiene una demanda de horario como la que tiene Carla, y es un papá comprometido que disfruta el tiempo a solas con sus hijos, esto les funciona bien. Pero la suegra, no podía guardar silencio al respecto.

  • ¿Qué hacer?

Enfrentarte a un abismo generacional y pretender que entienda tus razones puede meterte en un terreno muy espinoso. No tienes por qué justificar el ser una mamá trabajadora, finalmente también estás contribuyendo al bienestar económico de la familia. El recurso para responder a estos comentarios hirientes es hablar directo y decirle que agradecerías que no te juzgara de esa manera ni te sometiera a estándares inalcanzables. Aunque finalmente no puedas hacerla cambiar de opinión, un tip que puede ayudar es decirle que leíste un artículo muy interesante sobre la importancia del vínculo de los hijos con su papá o sobre cualquiera sea el tema que esté criticando.

 

Los que no apoyan tus reglas

 

Cuando los abuelos pasan por encima de lo que tú les permites a tus hijos, hay que ser objetiva. Si los niños los ven poco, puedes ceder y no pasa nada si una vez al mes comen dulces en su casa o si se desvelan un poco por ver más tele de la permitida. Ahora bien, si se trata de que les den una bolsa de chocolates cada tercer día, entonces deberás encontrar otros recursos para que respeten tus reglas.

  • ¿Qué hacer?

Los abuelos quieren ver felices a sus nietos, entonces lo que puedes hacer es darles las herramientas para que los consientan, en vez de que los atiborren de galletas, llévales pasas, palomitas, alegrías, queso picado o aquello que sepas que a tus hijos les fascina para que puedan comerlo con los abuelos y ellos disfruten viéndolos felices. También puedes prestarles películas, juegos de mesa o libros de actividades didácticas.

 

Los exigentes

 

La mamá de Guillermo es de esas que pide favores complicados esperando siempre que su hijo los haga sin chistar. No tiene problema en solicitarle que riegue las plantas de su casa varias veces durante la semana cuando sale de viaje, a pesar de que vive del otro lado de la ciudad y esto implica que, por el tráfico que hay a la salida del trabajo, Guillermo llegue a casa muy tarde ocasionando un trastorno en la rutina familiar.

  • ¿Qué hacer?

Pedir ayuda de esta naturaleza es una actitud que significa que sus padres quieren seguir sintiendo cerca a su hijo y que todavía lo controlan. Además, que él cumpla con sus demandas, a pesar de que éstas le ocasionen conflictos, quiere decir que se siente culpable al negarse. En situaciones así, él es quien tiene que hablar con sus papás, y lo recomendable es que acepte ayudarlos el fin de semana, por ejemplo; pidiéndoles que en días de trabajo soliciten ayuda a una vecina o a alguien de confianza que viva cerca. Si tus suegros no lo tienen claro, es importante explicarles lo acelerada que es su rutina; seguramente dejarán de hacerlo una vez que entiendan sus motivos.

 

Los que no ayudan tanto como quisieras

 

En esta situación las cosas se invierten: así como tú esperas que respeten tus límites y no los traspasen, ellos pueden poner los suyos y esperar lo mismo. Tal vez su agenda esté llena por trabajo u otros asuntos, o simplemente no sepan que podrían ayudar. Platica con tu pareja y juntos explíquenles claramente sus necesidades, y entre todos encuentren la forma de apoyarse. La suegra de Sonia, que trabaja como agente inmobiliario, accedió a ajustar su agenda cada que su nuera necesitara de su presencia, luego de que su hijo le explicara que sufría depresión posparto. Si cuando solicites su ayuda la respuesta no es la esperada, no insistas ni te enojes por ello, pero si es un sí rotundo, acepta y aprovecha su apoyo. Es muy importante que no pierdas de vista que tus suegros aman a tu esposo y quieren formar parte de su vida y de la de sus nietos.

  • ¿Qué hacer? 

Para que los niños crezcan en un ambiente familiar sano lo mejor es que las personas que son importantes para ellos se lleven bien. Antes de entrar en un conflicto piensa que se trata de la salud mental de tus hijos y que los lazos emocionales que pueden crear con sus abuelos, son de los más increíbles del mundo. Bien vale la pena el esfuerzo de tratar que la relación se desarrolle en armonía y respeto mutuo. Es muy importante que no pierdas de vista que tus suegros aman a tu esposo y quieren formar parte de su vida y de la de sus nietos

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