Lo positivo
- La emoción y orgullo de convertirse en padres
- El nuevo sentido de vida y trascendencia a través de un hijo
- La experiencia de una nueva dimensión de amor incondicional
Lo complejo
- Las renuncias a algunas libertades, viajes, trabajos, carreras y convivencias con su compañero
- El cambio de roles: si dejas de trabajar ahora él es quien debe proveer o tú experimentas mayor estrés por la sensación de responsabilidad; hay un desbalance del poder económico
- Los miedos antes desconocidos acerca de la salud y seguridad de su primogénito, la estabilidad financiera y a no estar haciendo “bien” las cosas
- Los cambio de hábitos y rutinas como sueño interrumpido y de baja calidad reparadora
- Las exigencias agregadas pues los nuevos deberes implican ansiedad y cansancio
- La frustración cuando no se pueden “leer” las necesidades del recién o cuando “nada de lo que hacen parece funcionar”
- La vida sexual y de pareja pues el agotamiento desmotiva el acercamiento íntimo así como el resentimiento hacia el otro pues no está colaborando equitativamente o no está involucrado
- Los pocos espacios de tiempo libre sirven para repartir quejas y reclamos
- Las familias pues es cuando suelen haber más intromisiones que si bien son con el afán de ayudar, causan más conflicto entre ustedes
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Qué hacer
- Al inicio es casi imposible, pero impidan que el recién llegado se convierta en el único eje sobre el cual giran; recuerden que su nuevo papel no es reemplazo del anterior sino complemento y ambos son igual de sustanciales
- Reserven tiempo libre para ustedes de manera regular, al menos una vez por semana; un momento donde puedan estar sólo los dos sin conversar acerca del niño, sino de su relación; no hablen de quejas pero sí de lo que aprecian o les gusta. Respeten ese lapso; no es una actividad opcional, sino necesaria
- Estudien sus conceptos de equidad y justicia para que si a alguno de los dos le resulta menos fastidioso levantarse a media noche, sea quien lo haga por acuerdo mutuo. Usen sus talentos y preferencias naturales para colaborar
- Habitúenlo a ciertas rutinas domésticas como dormir en su cuna y apagar la luz, lo ideal es que se alternen para que sepa que puede hacerlo en compañía de ambos
- Programen un momento donde conversen acerca de cómo se están sintiendo, los problemas que surjan y acuerden estrategias para resolverlos. Ocupen 20 minutos. No más, no menos
Cuando tengan reclamos o quejas:
- Hablen de lo que les gustaría que pasara, no de lo que aborrecen que esté pasando
- Háganlo en plural; el conflicto es de los dos
- Formulen peticiones claras, no las dejen a la adivinación o al sentido común
- Escuchen las objeciones de cada uno sobre lo que solicitan y busquen el mejor arreglo posible
- De sus familias acepten el apoyo si es necesario pero no toleren una invasión doméstica