La palabra Cariñoterapia fue utilizada por el Papa Francisco en una visita a un hospital de niños con cáncer; ahí explicó que esos niños para sanar necesitaban no solo medicamentos, sino también Cariñoterapia.
Cariñoterapia significa saber dar u ofrecer un abrazo al bebé que llora como única expresión de sus necesidades insatisfechas. O al niño berrinchudo invadido en todo su cuerpo por una fuerza destructiva que no sabe controlar. Al escolar solitario, a los adultos que tienen conflictos con su pareja, a los ancianos que viven soledad, a los moribundos que necesitan sentir el amor para poder morir tranquilamente. Es decir, la Cariñoterapia se especializa en curar las emociones negativas con demostraciones de amor, ya sean abrazos, besos o palabras de aliento.
Pero no solo se trata de sentarte frente a otro ser humano y darle cariñitos con la mano. Los efectos de esta terapia deben tener resultados a nivel social, global y hacer cambios desde el fondo; o sea rescatar los valores mas profundos, volver a lo básico, sobre todo de cara al mundo que nos está tocando vivir.
¿Quién necesita la Cariñoterapia?
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Realmente la necesita todo ser humano a lo largo de toda su vida.
Por ejemplo, en los bebés que nacen y acaban de pasar por el fuerte impacto del esfuerzo, dolor físico y cansancio al salir del cuerpo de su madre. Ellos necesitan la cariñoterapia para recuperarse en el pecho de sus madres y recibir su amor disponible a través de las endorfinas que le van a producir un enamoramiento hacia su bebé. Esto facilitará su vinculación entre madre-hijo y definirá la personalidad del niño y la relación entre ellos.
¿Cómo aplicar la Cariñoterapia con tus hijos?
1. Hazles saber constantemente cuánto los amas.
2. Anima a tus hijos a lograr sus metas y dales impulso para que sean más exitosos. Puedes usar frases como “Puedes lograrlo” o “No tengas miedo”.
3. “Estoy a tu lado”, esta frase es muy útil en la cariñoterapia, pues tu hijo sabrá que cuanta con tu apoyo y no está solo.
4. Aconséjalo en lugar de regañarlo; todo ser humano necesita dirección y es mejor darle un consejo a regañarlo todo el tiempo.
5. ”Me haces muy feliz” son palabras que ayudan mucho a un menor cuando lo felicitas por algún logro, pero si se las dices en un día común adquieren mayor significado. Evita humillar a tu hijo a la hora de educarle, háblale con respeto y sin groserías. Si quieres educarlo, sé firme.