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¿Cómo nace una mamá?

Desde que sabes que serás mamá, enfrentarás cambios en tu cuerpo y emociones.

Es tan importante el nacimiento de un bebé como el nacimiento de una mamá. Una vez que la mujer se encuentra embarazada ha iniciado una nueva carrera en su vida que acarrea una serie de cambios internos: la profesión de ser madre.

Cuando nacemos, vamos formando nuestra personalidad de acuerdo con nuestras experiencias. Al cabo de unos años estamos consolidados con un carácter propio y pensamos que no cambiará, pero cuando nos volvemos madres comienzan a surgir un sin fin de cambios, no sólo en el ámbito fisiológico, sino también en el psicológico. En nuestra mente se va constituyendo una nueva identidad la cual nos llevará a adquirir una actitud maternal para identificarnos con nuestro bebé. Esto surgirá poco a poco a partir de la concepción de nuestro hijo y durante muchos meses más.

Nuestra forma de ser nos lleva a elegir qué nos gusta y qué no, lo que es para nosotros más importante o lo que nos produce fastidio. Cuando una mujer se convierte en madre su forma de ser comienza a cambiar. Al principio va a actuar de una manera diferente a como era anteriormente, el bebé determinará ahora lo que te produce miedo, tus valores morales, influirá en tus sentimientos y emociones, y tu bebé ocupará un lugar primordial, lo que variará dependiendo de cada persona y sus necesidades propias. Este cambio de sentimientos y emociones estarán siempre latentes en espera de poder expresarse. Nunca más serás la misma persona que eras antes de ser madre.

Llegar a convertirse en mamá no es una tarea inmediata. Durante los primeros meses de embarazo comienza una preparación y miles de preguntas acerca de tu hijo: ¿cómo será?, ¿vendrá bien?, ¿cómo seré como mamá? Todas estas dudas y angustias darán inicio a la preparación para llegar a ser madre. Después vendrá una segunda etapa cuando el bebé llegue al mundo que nos rodea. Comenzarás a hacerte nuevas y diferentes interrogantes: ¿sabré lo que necesita?, ya eres un ser a mi cuidado para toda la vida, ¿seré capaz de educarte? ¿realmente te amo? También entrarán en juego tu propia historia como hija y la manera en que tu madre te educó, las cosas que te gustaría repetir y las que no y si serás capaz de no repetirlas, formarás tu nueva identidad en la forma en que deseas educar a tu hijo y comenzarán las dudas de si será bueno o no. Todo esto es un gran trabajo mental y por lo tanto emocional.

Iniciarás con muchos cambios, dejarás de identificarte como hija para hacerlo esta vez como madre. La relación con tu esposo también se verá alterada ya que comenzarás a dividir atención y lo evaluarás de acuerdo con su forma paterna de ser. Tu grupo de amistades también irá modificándose ya que buscarás aquellas con las cuales puedas reafirmar tu actitud como madre, personas que ya tengan hijos más grandes o que se encuentren en mismas condiciones que tú y que te den seguridad en este nuevo mundo al que acabas de ingresar. Comenzarás a darte cuenta de que tu intuición se ha acrecentado y que el trato con tu bebé muchas veces dependerá de tus instintos maternos.

Tendrás un nuevo rol dentro de la sociedad en la que te desenvuelves: ya no eres libre en tus elecciones ni responsable de tus acciones únicamente, ya no te sentirás como cuando eras soltera o cuando estabas casada pero sin hijos. Sentirás que la gente te ve a ti y a tu bebé como uno solo y es totalmente normal que sientas descontrol, pero sin duda, ¡la experiencia vale la pena!



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