En la mayoría de los casos, las madres no se preocupan por lo que ellas sienten, sino por lo que puedan sentir sus bebés ante estos sentimientos.
Un estudio de la Universidad de California reveló que cuando una mujer embarazada está triste, ansiosa o atraviesa por fuertes experiencias emocionales, la actividad neuronal en su cerebro se modifica, lo que ocasiona cambios químicos que llegan al bebé por medio del torrente sanguíneo.
La conclusión final es que cualquier cosa que sienta la madre, también la sentirá el bebé. En la investigación participaron mujeres que sufrieron depresión pre y post parto, y también se analizó el comportamiento de los bebés una vez nacidos.
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“Los fetos humanos son participantes activos en su propio desarrollo y están recolectando información para sus propias vidas luego de nacer. Se están preparando para el resto de ellas basándose en mensajes o señales que la madre les provee y si, efectivamente lo que más nos sorprendió en este estudio fue el comprobar que los bebés podían sentir precisamente eso, el estado psicológico de su madre”, comentaron los expertos a cargo del estudio.
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Lo mejor que puedes hacer es incluir meditaciones en tu rutina diaria, mantenerte lo más relajada posible y dejar fuera de tu vida al estrés.
