A pesar de que el mal humor o el cansancio quieran ganarte, haz un esfuerzo y en vez de darle una advertencia o amenaza, bríndale la guía que necesita para hacer algo positivo y promover el respeto por sí mismo, por ti y los demás.
Algunas estrategias
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Haz lo que quieres que haga
Los niños imitan a los adultos, si tú o quienes están con él tiene un buen comportamiento, entonces él también lo tendrá. Por ejemplo, si quieres que diga «gracias» o «por favor», en lugar de regañarlo u obligarlo a decirlo, asegúrate de usar esas palabras cuando esté presente.
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Háblale con respeto
Es más probable que te escuche si le hablas sin gritos, sólo utilizando voz firme y haciendo contacto visual.
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Dile las cosas en positivo
En lugar de regañarlo por lo que no quieres, dile lo que esperas de él, asegúrate de incluir frases como «acaricia al perro con suavidad» en lugar de «¡No toques al perro de esa forma!», o «Por favor, siéntate» en vez de «¡No te pares en la silla!».
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Establece límites pero sin asfixiarlo
No esperes a que se acostumbre a ellos de la noche a la mañana pues fijar las reglas de la casa es una tarea que requiere tiempo y paciencia. En las que debes esmerarte más, son en las que tienen que ver con su seguridad, como no correr en la calle o no pegarle a los demás. Además, evita darle una larga lista de «No toques» y mejor mantén fuera de su alcance los objetos que pueden ser peligrosos para él.
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Recompénsale lo positivo
La conducta deseada de tu hijo continuará e incluso se incrementará si recibe atención de tu parte por ello, no escatimes en elogios como «Gracias por compartir ese juguete con tu hermana» o «Wow, ¡pusiste tu taza en la mesa!».
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Evita regañarlo si estás cansada, enojada o de mal humor
Intenta primero relajarte y pensar con calma lo que le dirás, de lo contrario el efecto en su conducta no será el que esperas.
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Recuerda que es un niño
No pretendas que sepa cómo actuar si no le ayudas a aprenderlo, es importante que consultes algunos libros o textos que hablen del desarrollo de tu hijo, para entender algunas de sus conductas y buscar alternativas creativas que fomenten una crianza feliz.
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No olvides que el amor y la paciencia son las claves
Procura demostrarle cuánto lo quieres y darle a entender porqué existen esas reglas y la razón para aplicarlas; resáltale cuánto te importa y explícale que éstas son necesarias para su independencia, que se basa en tener libertad pero con los lineamientos adecuados.