- Evitar “romper relaciones” con su madre, todos requerimos redes familiares y sociales más allá de la vida de pareja.
- Pretender ser todo para la pareja termina ahogando la relación. Existen casos de extrema violencia, manipulación y abuso los cuales tendrán que ser señalados para ponerles una solución.
- No negar a los hijos el afecto a la abuela, por diferencias que se tiene con ella. Es decir, distinguir el rol que juega la madre del esposo como abuela y como suegra.
- Acordar con el esposo abiertamente lo que requiere la nueva pareja y la nueva familia para construir su propio estilo de vida y escala de valores.
- Negociar con la pareja qué eventos puedes compartir con su familia (particularmente su mamá) y cuáles prefieres abstenerte cordialmente. Poner límites cuidadosos favorecen un equilibrio entre cercanía y distancia con la suegra.
- No entrar en competencia con la suegra, escuchar lo que la experiencia de ella pueda aportar. No se trata de ganar, sino de madurar.
- No compararla con los propios padres.
- Recordar que no se tiene que estar de acuerdo en todo pero si procurar siempre un trato cordial.
Una mujer construirá junto con su pareja una sólida relación de pareja, no por las batallas ganadas a la suegra, sino por su apuesta a la propia madurez y a la solidez construida en su nueva relación. Pero ojo, el papel del hijo es central en esta triada: un hombre que se abstiene a definir su postura a favor de su pareja y seguir “exaltando” de manera desbordada el rol de su propia mamá, favorecerá el crecimiento del conflicto, el distanciamiento y la ruptura de su propia relación.