La mayoría de los niños desarrollan la Integración Sensorial en el curso de las actividades de la infancia. Sin embargo, cuando esa etapa no se lleva de buena manera, se generan retos de aprendizaje, desarrollo, o comportamiento.
Los síntomas de las dificultades del procesamiento sensorial pueden variar de ligeros a severos. Estos son algunos de los síntomas más comunes:
- Hipersensibilidad: En este caso podrían tener una respuesta extrema a los ruidos fuertes o percibir sonidos que otras personas no notarían. Les podría disgustar sentir contacto con las personas, sentir miedo de convivir en grupos muy grandes e incluso miedo a sufrir algún percance.
- Hipo-sensibilidad: Los niños hipo-sensibles (o poco sensibles) carecen de sensibilidad de sus alrededores. Ellos podrían tener una alta tolerancia o indiferencia al dolor. Podrían ser “buscadores sensoriales” es decir, que tendrían una constante necesidad de tocar a las personas o las cosas, incluso, cuando no es apropiado. Normalmente tienen problemas de coordinación y suelen ser muy descuidados y propensos a accidentes.
- Respuesta extrema a un cambio de medio ambiente: Estas crisis sensoriales pueden ser aterradoras tanto para los padres como para los niños, ya que los niños hipersensibles podrían tener dificultad en detenerse una vez que empezaron.
Puedes ayudar a tu hijo con distintos tipos de terapia como la de integración sensorial que está diseñada para ayudar a los chicos que tienen dificultades de procesamiento sensorial a través de la estimulación sensorial de manera estructurada y repetitiva. Con esto, el cerebro se adaptará y permitirá que una persona procese y reaccione a las sensaciones.
Una gran opción es el tipo de terapia que existe en Divertipéutico con “ActivaMente”, la plataforma de Fun & Function, que atiende la disfunción de la integración sensorial (IS) entre niños de pre-escolar y primaria con el fin de mejorar su aprendizaje.
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