De inicio, un cambio de casa es el segundo cambio más importante en la vida de una persona y aunque tu hijo todavía no lo entienda, te decimos cómo ayudarlo a que este cambio sea menor.
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1.- Explícale por qué se cambiarán de casa: ¡Ni se te ocurra que sea sorpresa y menos se lo sueltes de golpe! A partir de los 3 años los niños tienen mayor conciencia de lo que sucede a su alrededor, por lo que es importante platicarle los motivos reales del cambio. Aún así, intenta contarle todo lo que te pregunte para que se vaya sintiendo cómodo en el nuevo espacio.
2.- Involúcralo en los planes y en la elección de la casa: Si tu hijo tiene más de 3 años, llévalo a conocer las posibles opciones que tienen para mudarse y, cuando la elección esté hecha, si es posible pídele que escoja su nueva recámara. También es importante que lo involucres en la decoración porque eso lo motivará.
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3.- Llévalo a conocer su nueva escuela: Si por las distancias tendrás que cambiarlo de escuela, lo mejor es llevarlo unos días antes para que se familiarice con ella. Enséñale los lugares que hay cerca, platícale un poco de los maestros y no olvides decirle que seguro tendrá muchos amigos nuevos pero que eso no hará que deje de ver a sus anteriores amistades.
4.- Enséñale los nuevos lugares divertidos que tendrá cerca: Qué mejor que nuevos rumbos, nuevos aires, pero no olvides motivar a tu hijo con todo aquello que está cerca de done vivirán y que podría ser de su interés. Tal vez un parque, una zona de juegos divertidos, alguna plaza o un cine. Antes de mudarse vayan para que se emocione.
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5.-Evita hacer otros cambios importantes en su vida: Si la mudanza coincide con dejar el pañal, pasarlo de la cuna a su cama o algo que lo haga adaptarse a alguna nueva rutina, aplázalo hasta que esté familiarizado con el espacio nuevo. De lo contrario, podrías prepararte también para un terrible cambio de humor.
6.- Ordena su recámara primero: ¡Prioridades! No porque tú puedas dormir en el colchón inflable, tu hijo tendrá que hacerlo. Después de la mudanza lo mejor es acomodar sus cosas antes que otro espacio para ayudarlo a adaptarse. Intenta mantener el horario de sus actividades diarias para no descontrolarlo.
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