Por razones que convienen principalmente a nuestro modelo socioeconómico actual, ser “abogado”, “actuario” o “doctor” tiene mucho más valor que el ser “maestro”, “albañil” o “pintor”. Y sin embargo, cada uno de estos oficios requiere de un conjunto de habilidades especiales en sí mismas. Sin las aportaciones de cada una de estas profesiones, nuestras vidas sería mucho más complicadas. ¿Por qué entonces el albañil quiere que su hijo sea médico o abogado? ¿Por qué hemos creado esta escala en la que unos valen más que otros? Necesitamos redefinir qué significa brillar, para nuestros hijos y para nosotros mismos.
“Si juzgas a un pez por su capacidad para trepar árboles, acabará creyendo que es un tonto.” Esta cita no tan famosa de Albert Einstein señala claramente lo que estamos haciendo con muchísimos niños de ahora, a través del modelo educativo actual.
Demasiados niños brillantes, en su propio tipo de inteligencia o pasiones, terminan la escuela pensando que son tontos. Que han defraudado a sus padres y a su familia.
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Los padres van empujando a sus hijos a actuar en la dirección opuesta de la que quisiéramos para ellos. Podríamos elaborar mucho más sobre los problemas del modelo educativo actual, y cómo a través de él estamos perpetuando la falta de equidad, la desconexión emocional y una profunda desvalorización de la persona. Pero esto no resolvería el problema. Nuestro concepto del valor humano – de lo que es valioso vs. lo que no – está matando el brillo que ya trae cada niño al nacer.
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Todos viene a ser exitoso. Los planteamientos sobre las inteligencias múltiples y la neurodiversidad han estado presentes durante más de dos décadas. Estos indican que existen diferencias en el procesamiento cognitivo de una persona a otra. Así como hablamos de diversidad biológica o cultural, necesitamos ver de manera similar las distintas formas de procesar la información.
El cambio puede comenzar en ti. De ti depende el que tus hijos y los niños que forman parte de tu vida se sientan valorados por su conjunto único de habilidades. Hay 3 cosas que necesitamos hacer para lograr esto:
- Tirar la perspectiva blanco/negro. Inteligente vs. tonto, brillante vs. ordinario.
- Reconocer el conjunto particular de habilidades del niño. En especial aquellas que ama poner en acción.
- Rodear al niño de las circunstancias para que pueda desarrollar sus habilidades y hacerlas florecer.(Pasión + Habilidad) x Práctica = DON.
Está en tus manos como mamá o papá el complementar la educación escolar de tus hijos con actividades extracurriculares que desarrollen su potencial, vinculando su pasión con lo que eligen explorar conforme van creciendo.
Llevarlos a la clase de karate o de pintura no es suficiente. Asegúrate de elegir maestros que les apasione lo que hacen y que amen enseñar. Checa que al niño también le apasione, se trata de él/ella, no de lo que tú preferirías. Se vale que quiera cambiar de actividad, algunas personas necesitan variedad. Pero ayúdale a que aprenda a sostener su pasión, aún en periodos de aprendizaje más monótonos.
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A veces para experimentar un salto en ciertas habilidades hace falta practicar mucho. Una vez que el niño encuentre esa actividad en la cual su conjunto particular de habilidades e intereses (pasión) se ponen a funcionar de manera estimulante, estará en el lugar ideal para que desarrolle las capacidades que mejor le adaptarán para resolver problemas en su entorno. Este es un modelo más orgánico de aprendizaje, que le aportará al niño las experiencias y la retroalimentación positiva que necesita para sentir y saber que es brillante.