Inicia un proceso de habituación (con cambios graduales) durante los meses de embarazo para que el animal de compañía se acostumbre poco a poco a olores y sonidos relacionados con tu bebé. Al observar sus primeras reacciones podrás evaluar su conducta y detectar si aparece un problema que podría poner en riesgo tanto a tu crío como a tu mascota. Sigue estas recomendaciones:
- Cuando estés con tu hijo, dale a tu perro o gato un juguete rellenable con algo de comida; así podrá estar cerca de ustedes de manera calmada.
- Los bebés tienen movimientos bruscos que pueden incomodar a los perros y gatos, por lo que debes enseñar a tu mascota a acercarse cuidadosamente para evitar un percance mientras tu hijo es pequeño.
- Salgan a pasear en familia, lleven a tu perro y al bebé a algún lugar agradable. A medida que transcurran los días, tu perro empezará a asociar al bebé con paseos placenteros. Recuerda siempre darle un premio a tu perro (caricias, comida, juguete, voz) cuando se encuentre tranquilo y en presencia de tu bebé.
- Sabemos que tendrás visitas que ofrecerán ayuda en todo momento; te sugerimos pedirles que saquen a pasear a tu perro o jugar con tu gato, puesto que su rutina también se va a ver alterada. A medida que la rutina se mantenga más homogénea, estará más tranquilo.
- Si lo notas estresado por los llantos del bebé, déjalo en otro cuarto con música tranquila y sus juguetes favoritos; los tiempos y espacios individuales son muy importantes. Utiliza puertas divisorias, cuando sea necesario, en cuartos y escaleras para que haya privacidad y una convivencia armónica.
Si ves que estos ejercicios no funcionan, recurre a un etólogo clínico, quien es el especialista encargado de prevenir, diagnosticar y tratar estos problemas. Lee nuestro artículo completo en la revista bbmundo de mayo 2016.
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