Todos los embarazos son especiales, pero el sólo hecho de haberlo estado antes no significa que sepas exactamente qué va a pasar. De hecho, tu segundo embarazo probablemente sea un poco diferente del primero:
- Anuncios. Cuando le dijiste al mundo que ibas a estrenarte como mamá hiciste toda una fiesta con comida y decoración temática. Por supuesto invitaste a medio mundo. Segundo embarazo: post básico de «Acontecimiento importante» en Facebook.
- Tu dieta cambia. En el primer embarazo comes tan sano como sea humanamente posible para que el bebé reciba todos los nutrientes desde el primer día. En el segundo aún pones atención en lo que comes, pero ahora es bienvenido todo lo que puedas preparar o comprar para la cena mientras duermes al hermano mayor.
- Experta en enfermedades. Ante la más mínima duda, no pensabas en llamar al pediatra. Ahora eres maestra en malestares y remedios. Claro que eres precavida, pero más relajada.
- Tu vida social. Tratabas de hacer planes con amigos hasta que la panza te dejó. No quieres que piensen que el embarazo cambió tu humor o disposición. Ahora eso puede cambiar, ya que después de cuidar y atender a dos bebés, lo único que quieres al finalizar el día es a tu cama y nada más.
- Preparación para el gran día. Varios días, incluso meses antes del parto tenías lista la maleta, documentos y absolutamente todo lo necesario para el bebé. En este segundo round es probable que haya preparativos de último minuto.
- Actividades extracurriculares. Practicabas yoga, aeróbicos acuáticos prenatales y tomaste todas las clases sobre parto y crianza de los hijos. Ahora no tienes tiempo para pensar, y mucho menos para tomar talleres con un grupo de madres primerizas que quieren hablar de todo el trabajo que les espera.
- Los movimientos fetales. Al sentir que el bebé pateaba, dejaste todo lo que hacías para anunciarlo y celebrarlo como si te hubieras ganado la lotería… ¡El milagro de la vida! Ahora, si estás a punto de, digamos, comprar botanas del carrito de la esquina, ni todas las patadas del bebé van a detenerte.
- Aprendizaje. Leíste todo que cayó en tus manos (libros, blogs, revistas) acerca del embarazo para aprender tanto como sea posible sobre lo que le pasaba a tu cuerpo y lo que iba a suceder en el parto. Ahora tal vez consultaste un par de blogs para refrescar la memoria con conceptos básicos, pero los únicos libros que vas a ver por ahora son los libros para niños de tu primer hijo.
- Emoción. Esto fue una locura, todos estaban felices y emocionados, especialmente tus papás… ¡finalmente serán abuelos! Hay vida dentro de ti y eso es digno de gritarse a los cuatro vientos. Con el segundo bebé el nivel de exaltación es mucho más tenue y la gente no pregunta acerca de ello todo el tiempo. Definitivamente es una sensación diferente.
- Decoración. Para la comodidad de tu primogénito, básicamente convertiste su habitación en una guardería con objetos cuidadosamente elegidos. Al darte cuenta que el bebé ni notó tanta decoración, ahora sólo te vas a preocupar por tener una cuna decente para el hermano pequeño.
- Aceptas más ayuda que la primera vez. En tu primer embarazo querías hacerlo todo tú misma. Todo era nuevo y emocionante, y querías que todo caminara según tus propios términos. Lees cada libro sobre el embarazo, parto, cuidado de niños, la dieta, el ejercicio, etc. Ahora estás más relajada y aceptas ayuda de los demás.
- Expectativas. Dulce, dulce ingenuidad. Nadie piensa que la maternidad es cosa fácil, pero realmente no tenías idea de lo difícil que puede ser a veces. La falta de sueño puede ser un infierno y la lactancia es sin duda poco menos «natural» de lo que pensabas. ¡La dura realidad! ¿Por qué nadie te advirtió? Lo que viene con el segundo embarazo / parto / posparto / maternidad puede ser un poco más sencillo y, al menos, ya tienes la certeza que esta etapa no durará para siempre.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.