El sabor de todo lo que venden en el puesto de dulces va muy cargado de endulzantes y saborizantes, así que le resultará más agradable al paladar que un “insípido” recipiente con papaya, pero no olvides que su consumo está asociado con sobrepeso, obesidad, diabetes y caries.
No los prohíbas por completo, pues lo único que ganarás es su empeño en obtenerlos y que los disfrute a escondidas. Para evitar el exceso:
• Establece raciones semanales y dale una cantidad determinada para que la distribuya como quiera; si es muy pequeño administra su dotación
• Combínalos con otro tipo de opciones dulces como fruta en forma de perlas o una paleta fría de yogurt (congélalo con un palillo dentro) Aprende a hacer una de gelatina aquí.
• Pon el ejemplo: ¿cómo puedes pedirle que no los coma cuando tú llegas con una bolsa de frituras?
• No los uses para castigar o premiar porque los sobrevalorará
• Evita las bebidas azucaradas, lo mejor siempre será el agua simple
• Haz que la hora de la comida le resulte amena, por nada del mundo dejes que perciba que lo estás obligando a comer todo lo del plato
• Dáselos a media tarde después de la comida fuerte y antes de la cena. Una bola de helado es una excelente alternativa
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