Probablemente sea más complicado descansar una noche completa. ¿Qué lo impide? Entre otras cosas, el tamaño de tu vientre, los cambios fisiológicos y hasta la cercanía del parto.
6 factores que ocasionan insomnio
- Orinar con frecuencia: el útero ejerce cada vez mayor presión sobre la vejiga y los riñones trabajan para filtrar entre 30 y 50% más sangre que antes. Procura tomar tu último vaso de agua 1 o 2 horas después de la comida. Es importante que estés hudratada, pero hacerlo por la tarde sólo te dejará la noche en el baño.
- Dificultad para respirar: conforme crece, el bebé empuja el diafragma y disminuye el espacio que los pulmones tienen para expandirse. ¡Practica yoga! No hay mejor cosa que aprender a respirar y relajarse en el embarazo así.
- Aumento de la frecuencia cardiaca: debido a que el corazón se esfuerza más para enviar suficiente sangre al cuerpo. En la mañana o la tarde sal a caminar media hora. Esto mantendrá tu corazón con ritmo constante y te cansarás lo suficiente para dormir bien.
- Acidez estomacal: la actividad digestiva se vuelve lenta y los alimentos permanecen tiempo extra en el estómago, aumentando la probabilidad de que regresen al esófago y produzcan una sensación de ardor. Sabes que debes evitar los irritantes y comidas condimentadas, ¡entonces hazlo! Cena ligero y olvídate del chile por un tiempo.
- Calambres: son comunes porque el tamaño de la matriz oprime los nervios y vasos sanguíneos que se dirigen a las piernas. Da click aquí para evitarlos.
- Ansiedad y pesadillas: relacionadas principalmente con los miedos y dudas al acercarse el nacimiento. Platica con tu pareja y el médico. Recuerda que no debes angustiarte.
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