- La conciencia de reconocer la importancia del trabajo que realizas cada día al ser mamá o papá de tus hijos.
- La bendición de poder hacer una pausa y dejar que las sonrisas de tus hijos abran tu corazón.
- La fortaleza de reconocer cuando no estés siendo la mamá o el papá que quieres ser.
- La gracia de escoger el amor una y otra vez, aun cuándo sientas que ya no tienes la capacidad de hacerlo o que el cansancio te sobrepone.
- La certeza de que tus hijos se dan cuenta de tu esfuerzo y de tus elecciones. Saber que cada paso hacia el amor que tú das se convierte en un mapa de vida para tu hija o hijo al cuál podrán recurrir cuando más lo necesiten, aún cuando tu ya no estés.
Que cada uno de estos 365 días de éste año estén llenos de dulzura y alegría. Crea junto con tu familia miles de momentos que llenen tu corazón y el de tus hijos, que nutran la confianza primaria y fortalezcan su autoestima. ¡Que crezcamos todos en el amor incondicional!
¡Hagamos de este año el mejor para ti y tu familia!
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.