La primera vez que tienes en brazos a tu bebé, no te sorprendas si de golpe te sientes abrumado por la idea de cuánto depende de ti. Tal vez sientas emociones encontradas, el deseo de proteger esta vida y sentir que tu bebé necesita de ti más que de nadie para sobrevivir.
Ambas emociones son realistas, pero aparentemente compiten por tu atención. El error más común (sobre todo en los padres primerizos) es dejarte llevar por esta sensación de presión y zambullirte en tu trabajo, pues el estrés terminará por cobrar lo suyo.
Sentirse absorbido por la necesidad de ganar (al descubrir lo caro que pueden ser los bebés y cuan importante era el aporte de tu pareja a la economía familiar), puede llevarte a sacrificar la incipiente relación con tu bebé. Sin embargo, otros padres usan diferentes estrategias para manejar su presupuesto y poder mantener un vínculo más estrecho con sus hijos. ¿Cómo? Aquí van unos tips:
Cómo administrar una familia
- Es probable que ya hayas empezado a reorganizar tus gastos para dedicar mayor cantidad de dinero a tu bebé. Pero llevar esta acción un paso más adelante puede hacer la diferencia: siéntate con tu calculadora y haz un presupuesto de cada gasto que tendrás estos primeros meses y de cuánto dinero dispones, para tener una idea más precisa. Calcula la cantidad necesaria de pañales, visitas al pediatra, gasolina, medicina, fórmula, etc. y procura ajustarte a ese presupuesto
- Recuerda que no es necesario comprar todo nuevo: algunos padres sienten que comprando todo de primera mano demuestran que son buenos padres. Eso no es cierto; pasar horas adicionales lejos de tus hijos para impresionar a otras personas no es ser buen padre. Tu bebé no notará si la cuna es de segunda mano; sin embargo sí sentirá tu ausencia si vives en la oficina para pagar una nueva
- Hazte socio de un supermercado mayorista (puedes compartir la membresía con algún familiar) y compra en grandes cantidades: suele salir mucho más barato que en el súper normal y te ayuda a no gastar extra en compras no planificadas
- Revisa con frecuencia que los equipos electrónicos estén apagados cuando no los uses, así como las luces de la casa. Ahorrarás una buena cantidad de dinero
- ¡Evita las tarjetas de crédito! Utilizar una de débito es mejor, pues además de resultar menos tentadora, no te cobra intereses
- Corta gastos innecesarios, y algunos “lujos” de los que puedas prescindir, por ejemplo, lleva comida preparada y no comas fuera durante la jornada laboral. En lugar de eso, procura ahorrar un 10% de tu salario cada mes. El 10% es suficientemente poco dinero para no sufrir su ausencia, pero mucho si se acumula durante un año; con ese dinero podrás cancelar cuentas, hacer reparaciones en la casa o darte unas merecidas vacaciones con tu familia
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