El tratamiento del asma depende mucho de tu hijo y de la naturaleza del asma que padece. Algunos bebés sólo la manifiestan cuando contraen un resfriado o alguna otra infección respiratoria, mientras que otros la adquieren cuando entran en contacto con los llamados alérgenos, que actúan como un gatillo que dispara los ataques.
Hay un buen número de medicamentos, conocidos como «tranquilizantes» o «mitigantes» que pueden ser usados para detener rápidamente un ataque de asma. Existe otro grupo de medicamentos que los previenen, y se conocen como «controladores». Un niño que frecuentemente jadea o respira con dificultad, puede beneficiarse mucho acudiendo a una terapia con los medicamentos «controladores», que incluyen anti-inflamatorios y broncodilatadores.
El asma puede llegar a ser una enfermedad atemorizante para ti y para tu hijo, por eso debes informarte bien acerca de ella. Platica con tu doctor acerca de los tratamientos mas adecuados para él, tanto los profilácticos, como los de defensa. Y de ser posible, dirígete a un pediatra especializado en pulmones, sobre todo si el asma de tu hijo parece ser o está diagnosticada como crónica.
Aún no se sabe si se puede prevenir esta enfermedad, sin embargo, hay factores que ayudan a controlar que un asmático sufra de ataques. Los médicos han llegado a la conclusión de que eliminar los alergenos es un buen inicio. Es decir, si el niño tiende a jadear o a respirar con dificultad, hay que alejarlo de los posibles disparadores de un ataque para así lograr controlar los síntomas:
- Para empezar, no debes tener en casa mascotas que suelten pelo. Está comprobado que el pelo de animal es una de las principales causas de asma
- Debes mantener el cuarto de tu bebé libre de polvo; tienes que aspirar constantemente las alfombras, limpiar diariamente los muebles, evitar que use almohadas y edredones de plumas, cubrir el colchón de su cuna con una funda plástica y lavar con agua bien caliente tanto la ropa de la cama, como la ropa del bebé. Estos cuidados evitan la proliferación de microorganismos asociados al polvo, que sobreviven y crecen incluso en diminutas partículas de la piel humana
- Si tu hijo sufre de frecuentes ataques de asma, bien valdría la pena que colocaras un purificador de aire en su habitación; los filtros atrapan una gran cantidad de alérgenos
- Permite a tu hijo estar fuera de casa. Únicamente cúbrelo bien si hace frío, y vístelo con ropa ligera si hace calor, pero no lo sobreprotejas encerrándolo
- Evita usar asadores u hornos de leña porque el humo que despiden irrita considerablemente el sistema respiratorio y tu hijo es más sensible a ciertos agentes
- Para cualquier asmático -adulto o niño-, es recomendable administrar la vacuna contra la gripe durante el otoño o invierno, pues las personas con esta enfermedad son más propensas a contraer enfermedades respiratorias
El asma es una enfermedad que no puede curarse por completo, pero sí se puede controlar de manera efectiva. Y en ése sentido, la influencia de los padres con hijos que la padecen, es decisiva.
Con las precauciones necesarias, debes enseñarlo a crecer con su enfermedad. No le prohibas correr, jugar, nadar, o realizar cualquier otra actividad normal de un niño. Sólo así aprenderá a valerse por sí mismo y no crecerá sobreprotegido.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
