Si tu hijo está a punto de entrar a esta etapa o justo se encuentra atravesándola, lo mejor es que respires hondo, te armes de paciencia y recuerdes todo el amor que le tienes para ayudarlo a comprender todos los cambios que experimentará y superar juntos esta etapa.
1. Respeta su individualidad
¡Este es un gran momento! No todo sigue siendo estando a tu cargo, es momento de delegar responsabilidades. Si desde pequeño permitiste que tu hijo tomará sus propias decisiones y entendiera sus consecuencias, el siguiente paso será “pan comido”.
Para reforzar la idea de respeto a los demás, tú deberás poner el ejemplo pidiendo su opinión sobre temas que le afectan y respetar su importancia.
2. ¿Crítica? Sólo constructiva
Es cierto, todo lo que digas debes “hacerlo con pinzas”. El menor indicio de algo negativo en lo que dices, aún cuando tu intención sea la mejor… “arderá Troya”. Es muy probable que -sólo en esta etapa- tu hijo tome cualquier comentario de la peor forma posible. Intenta decir lo que deseas de forma clara para que no se preste a malas interpretaciones y genere distanciamientos desagradables para ambos.
3. Por halagos no te detengas
Cuando no lograron meter el gol decisivo o atraviesan la ruptura del primer amor, necesitarán más que nunca sentir el respaldo y seguridad de la familia –aunque quizá nunca lo escucharás de sus labios-. Recuerda cuando tú atravesaste por esto y cómo te sentías. Es importante que lo ayudes a reconocer sus equivocaciones para no propiciar una actitud soberbia, pero de vez en vez, no está de más recordarle lo especial e importante que es.
4. Impúlsalo(a) a desarrollar sus talentos
Ante la menor intención de iniciar con algún deporte o clase extraescolar la respuesta ideal es “sí”. No sabes si tu hijo es el próximo Beethoven, Maradona –olvidando la parte de las drogas- o Picasso; cualquier hobby representa la oportunidad de poner en práctica su disciplina, descubrir sus propios límites y enfrentar sus propios retos. Además, se trata de actividades que fomentan su sociabilidad de forma sana.
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5. Nuevos límites
Tu hijo empieza a comprender de forma más cercana cómo funciona el mundo. Cuando no estableces normas o reglas que cumplir, lo más seguro es que no entienda el respeto por la autoridad, lo cual quizá no te parezca tan grave en casa, pero piensa en los problemas que deberá enfrentarse en la escuela o en un futuro trabajo. No necesitas ser un padre autoritario para hacerle entender que cada acto conlleva una consecuencia.
Tranquila, aunque ahora lo parece, la adolescencia no es lo más grave del mundo.