En los primeros años de vida los niños se encuentran en un proceso de crecimiento; por lo mismo requieren de una dieta sana que les facilite el desarrollo ideal de sus potencialidades. Sin embargo, eso no es todo: también necesitan de una selección de alimentos que les ayuden a sobrellevar este proceso de la mejor manera posible pues la carencia de algunos o el exceso de otros puede producir un desbalance en su organismo como irritabilidad, depresión y otros estados alterados de ánimo.
Cómo detectar las deficiencias nutricionales
Los niños son como el agua: transparentes; así que resulta relativamente fácil darte cuenta si presentan algún tipo de deficiencia. Si tu hijo:
- Se vuelve irritable con frecuencia
- Llora seguido sin motivo aparente
- Padece de insomnio
- Tiene bajo rendimiento escolar
- Muestra conductas ansiosas
- Está cansado todo el día
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Entonces debes poner más atención a lo que come. Aunque la mayoría de los papás hacemos hasta lo imposible por lograr que nuestros hijos coman bien y saludablemente, existen muchos factores que pueden causar deficiencia nutricional:
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- Comer mucho no es sinónimo de comer bien. Si la dieta de tu hijo no es equilibrada y completa (al menos 30 alimentos diferentes), no servirá de mucho que le sirvas un plato gigante en cada comida
- El ingreso de nutrientes es menor al que gasta día a día. Esto puede suceder cuando se le dan muchas golosinas y no realiza actividad física, o por el contrario, es un niño muy activo y necesita más nutrientes como electrolitos. Lo ideal en este caso es ofrecerle agua y potasio presentes en el jitomate y papa, entre otros
- Lleva una dieta desbalanceada. Quizás come lo suficiente pero la mayoría son alimentos de baja calidad nutricional como harinas refinadas, jugos enlatados y azúcar: un menú con pocas proteínas y exceso de carbohidratos
- Es posible que el niño padezca acidez, una mala absorción de alimentos o que su flora intestinal esté dañada
Un cambio para toda la vida
- Incluye grasas omega como nueces, pistaches o almendras combinadas con trozos de fruta fresca como snacks
- Evita los jugos enlatados y cámbialos por agua de sabor preparada en casa
- Fíjate en las etiquetas de los alimentos que compres en el super mercado; evita los alimentos fritos, los colorantes y los que contienen químicos en exceso
- Dale preferencia a los productos orgánicos, vegetales y frutas frescas
- Recuerda la regla de tres: en cada comida incluye una fuente de proteína, una de carbohidratos y otra de grasas saludables (evita a toda costa las grasas saturadas)
- Evita tener en casa alimentos que no cumplan con estos requisitos: la mejor manera de evitar confrontaciones es manteniendo esos productos fuera de su alcance