De cualquier forma, su comportamiento al comer será exasperante para ti. Para enfrentarlo, debes comprender bien tu papel y saber que lo llevas a cabo de la mejor manera posible. Tu tarea consiste en ofrecerle una gran variedad de alimentos nutritivos, dentro de un ambiente sin presiones y con un horario regular. La siguiente es una lista de pequeños detalles que lo animarán a comer:
- Sirve nuevas comidas por lo menos dos veces por semana
- Combina nuevos alimentos con los viejos favoritos
- Dale porciones pequeñas. Un plato lleno lo asustará
- Las comidas deben ser fáciles de masticar, pues los preescolares no pueden masticar cosas duras. Los alimentos deben tener el tamaño de bocados
- Cambia de lugar para comer: desayunen en el patio, tomen bocadillos en la sala. Deja que tu preescolar juegue con la comida dentro de un límite razonable y permítele ayudar a preparar sus alimentos
- Trata de que la comida sea atractiva y de colores vivos: dale la forma de animales caras graciosas, etc.
- Ofrece opciones limitadas. Por ejemplo, pregunta «¿Quieres jugo de naranja o de manzana?» en lugar de «¿Qué quieres tomar?»
- Trata de comer en familia. Los niños aprenden por imitación
- Asegúrate de que coma porque tiene hambre. No utilices la comida como premio ni como castigo
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Debido a que los preescolares comen poco, requieren de tentempiés para apoyar sus actividades durante el día. Procura darles bocados ricos en nutrientes y calorías. Cuando salgas, lleva algún snack. La siguiente es una lista de excelentes bocadillos:
- Cajas pequeñas de sus cereales favoritos
- Galletas de higo
- Paletas de gelatina
- Panquecitos hechos en casa
- Plátanos
- Cubitos de queso
- Pasteles de arroz
- Jugos en envases individuales
- Barras de granola
- Bolsas de mezcla especial para preescolares
¿Sigue sin querer comer? Mira lo que el blog de Nancy Steinberg dice al respecto aquí.
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