Lo primero que puedes hacer, aproximadamente a los dos años, es enseñarle diferentes etiquetas y decirle qué significan, así irá reconociendo símbolos escritos que después podrá asociar en otros contextos.
3 años
Tu hijo necesitará disponer de imágenes grandes y atractivas (el rojo es un buen color) que capten su atención. Al mismo tiempo puedes ir descubriendo sus intereses, los temas que lo motivan, sus capacidades y grado de maduración, sus características para el aprendizaje (repetición de grupos de palabras) e ir enfocando la lectura hacia esos temas.
5 años
Es básico que busques libros con ilustraciones llamativas y explicativas (la historia se va narrando por medio de ellas aunque son importantes las letras), rimas entre las frases y repeticiones de palabras para reforzar las imágenes mentales y los conceptos; cuentos en los que las historias son de cada día y en las que los personajes son animales o cosas.
6 años
Lo más probable es que para entonces tu hijo ya sepa leer, así que sigue cultivando su gusto por la lectura, cómprale poco a poco más libros, así irá descubriendo la variedad de temas y de historias que puede leer. Déjalo que investigue en diccionarios, revistas, libros de geografía, para que sepan que la lectura, además de divertida, es práctica.
En esta edad, debes poner especial atención en los libros que explícita o implícitamente contengan respuestas a los “porqués”, muy característicos de esa época de la vida.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
8 años
Al llegar a esta edad la lectura se hace más consciente y asimismo la complejidad de los argumentos; en este caso, debes “medir” lo difícil que sea un cuento, pues si lo es demasiado, corres el riesgo de que tu hijo deje de leer por considerarlo complicado.
Los niños de ocho años tienen sus gustos más definidos, así que puedes darle libros que estén relacionados con sus intereses. No dejes de lado los cómics (de calidad), son una buena fuente narrativa para complementar su mundo audiovisual.