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El gran daño de usar la televisión como niñera

El impacto de la televisión en los niños es un tema importante para su desarrollo.

 

Sabemos que ser padre no es una tarea fácil y esto, algunas veces, nos conlleva a buscar formas alternativas de mantener a los niños entretenidos.

Una de estas formas, y que ha sido utilizada por décadas, es la televisión. Este aparato electrónico ha ocupado, durante años, el puesto de niñera en los hogares.

Pero debe quedar claro que el tiempo que un niño pasa frente al televisor, es tiempo que le resta a otras actividades importantes como la lectura, el juego, las tareas, la interacción con la familia y el desarrollo social.

Además, los niños también pueden aprender cosas en la televisión: unas pueden ser educativas y otras inapropiadas o incorrectas.

 



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Las consecuencias

El impacto de la televisión y de la publicidad en los niños puede tener distintos resultados, por ejemplo puede ocasionarles trastornos alimenticios. Los comerciales de dulces, comida chatarra y comida rápida pueden contribuir para que tu hijo desarrolle obesidad. 

Asimismo, los niños no saben diferenciar entre los contenidos que les vienen bien y los que no, del mismo modo que su ingenuidad provoca que tengan dificultades para distinguir entre la ficción presentada en la televisión y la realidad. 

Por otra parte, los juguetes complementarios a las series de televisión o dibujos animados le harán perder gran parte de su iniciativa, creatividad e imaginación.

En ocasiones, estos juguetes los motivan a convertirse en consumistas ya que crean la necesidad de adquirir no sólo el juguete, sino todos sus complementos que, por cierto, «se venden por separado».

 

¿Por qué los niños de hoy son consumistas?

 

Por una razón muy simple: porque estadísticamente hablando, pasan más tiempo viendo comerciales en la televisión que hablando contigo.

El exceso de trabajo, que actualmente demanda hacer multitareas, agota a los padres al punto de preferir que sea la televisión la que se encargue de entretener a sus hijos mientras ellos descansan el fin de semana.

Tal vez te preguntes: ¿qué tan mala puede ser una caricatura? Quizá la caricatura no sea mala por sí misma, el problema son los quince minutos de comerciales a los que tu hijo estará expuesto durante la media hora que dura la caricatura.

Si tu hijo ve la televisión sólo, crecerá sin un criterio para juzgar lo que ve y discernir lo que es verdad de lo que no. Puede que tu hijo sea la suficientemente inteligente para reconocer la diferencia entre lo real y lo ficticio, pero con el paso del tiempo terminará por creer todo lo que aparezca en televisión, que muchas veces se convierte en su única compañera y con la que pasa más tiempo.

 

 

¿Qué hacer?

 

Por supuesto que la solución no es prohibirle que vea la televisión, ya que tu hijo se enfrentará eventualmente al mercado mediático. Lo que puedes hacer es orientarlo y darle las herramientas necesarias para que aprenda a ser un espectador crítico y activo.

  • Delimita horarios para ver la televisión. Puedes negociar con él, pregúntale cuáles son sus programas favoritos y establezcan horas específicas para ver televisión.
  • Entérate qué es lo que ve. Intenta ver uno o varios episodios de sus programas favoritos para tener un panorama completo de lo que tu hijo está viendo.
  • Apaga la televisión a la hora de comer. La comida deber ser un momento de convivencia familiar, evita comer con la televisión prendida para evitar distracciones.
  • Aprovecha el tiempo de los comerciales. Durante los comerciales no cambies de canal, pon la televisión en silencio y explícale a tu hijo la naturaleza de los comerciales, en especial los dirigidos a los niños.
  • Adquiere juguetes diferentes. Evita comprarle juguetes de las grandes marcas que se anuncian en el la televisión, busca juguetes que desarrollen su imaginación.
  • Di no a los estereotipos. Deja atrás la idea de que “los carros son para los niños y las muñecas para las niñas”, busca juguetes menos estereotipados y más constructivos. Los bloques de madera para construir y los animales son una buena opción. Las granjas en miniatura, los barcos y las pequeñas ciudades pueden ayudarlos a crear historias y estimular la creatividad.
  • Fomenta su gusto por la lectura. En su cumpleaños o en navidad, siempre procura un extra: un libro de historias. La lectura estimulará su imaginación.

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