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Mi hijo sigue sintiendo miedo de morir en un temblor

Si tus hijos estuvieron expuestos a la enorme difusión de la catástrofe, podría estarles sucediendo esto.

Debido a que los terremotos son eventos inesperados y pueden ser muy destructivos, después de la ocurrencia de uno de ellos mucha gente, especialmente los niños, puede experimentar temor de que otro vuelva a ocurrir.

Además, debido a la enorme difusión que ocurre en torno al evento, muchas personas son expuestas a una información que no son capaces de manejar; esto es especialmente cierto en los niños.

Durante un terremoto de la magnitud del que ocurrió el 19 de septiembre en la Ciudad de México, muchos perdieron la vida… y muchos más supieron de esta pérdida. Muchos niños supieron que hubo muertes debido al sismo; más aún, algunos de ellos experimentaron la pérdida de algún compañero, de algún familiar o de un amigo cercano.

Esto da como resultado que, aún cuando ellos mismos no hayan sido víctimas directas del evento, sí pueden llegar a experimentar temor por toda la información que están recibiendo: en periódicos, en el radio, la televisión, pero principalmente por la que escuchan a su alrededor y que ellos no son capaces de filtrar.

Por todo lo anterior, es frecuente que los niños sientan temor de morir por un temblor.

Si tu niño se encuentra en esta situación, ¿qué puedes hacer para ayudarle?



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• Crea un espacio donde se sienta cómodo para expresar sus sentimientos.

• Permítele expresar sus miedos sin criticarlos o descalificarlos – por ejemplo: evita hacer comentarios como “estás exagerando” o “ya, quédate tranquilo, si tú no estuviste ahí…”

Empodéralo para que se sienta capaz de enfrentar algún otro episodio dramático que pudiera presentarse – por ejemplo: explícale cuáles son las medidas que deben aplicarse para estar más seguro en caso de un terremoto, un incendio, una inundación.

• No improvises – para poder darle la información adecuada, lo primero que tú necesitas es obtener dicha información, en los medios adecuados.

Evita exagerar e infundirle miedo – la idea es que sepa qué hacer, no que se incrementen sus miedos. Para lograr esto utiliza un tono de voz calmado y puedes comentar, por ejemplo: “¿Sabes? A mí me pasa que, cuando sé lo que tengo que hacer, muchas veces me siento más tranquila. A la mejor a ti te pasa lo mismo. ¿Probamos?”

Se ha visto que, en la mayoría de los casos, los miedos – y otros síntomas – desaparecen por sí mismos al cabo de unos cuantos meses. Sin embargo, si la intensidad de los síntomas no disminuye, o si se incrementa, o si los síntomas continúan por más de unos cuantos meses, interfiriendo con el funcionamiento diario del niño, puede ser importante buscar la ayuda de un profesional.

Nancy Steinberg
La Doctora de los Niños
5294 – 1085
midoctoranancy.com
@doctora_nancy

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