- Falta de iniciativa
Quizás a estas alturas te gustaría que sacara la basura sin que se lo pidieras o que te sorprendiera con tu platillo favorito. Sustituye el “tú nunca haces nada” por un “me encantaría que tú también lo hagas”. Sé clara y específica sobre qué, cómo y cuándo lo necesitas. Le darás una guía para que él sepa cómo complacerte. - Mala comunicación
Sorpréndelo con una llamada o escríbele para saludarlo. Escucha sus inquietudes con atención y sin actitudes de fastidio o prisa. Sabemos que tú no puedes resolver el problema con su jefe pero el simple hecho de hacerle saber que te preocupas y estás al pendiente de él lo pondrá de mejor humor y le hará sentir que estás cerca y conectada con él. - Cero romanticismo
Es común que los hijos o un ascenso laboral disminuyan el presupuesto o tiempo para consentirse, pero no dejes que la monotonía apague la chispa. Utiliza apps exclusivas para parejas y empiecen con mensajes cariñosos como cuando comenzaban a salir. Trata de ser linda pues aunque estés ocupada, será radical cambiar el: “Tengo mucho trabajo, luego nos vemos” por un “Voy a junta pero ¡muero por verte!”. Retoma la conversación en cuanto puedas y ten por seguro que lo demás fluirá. - Cambio de planes
Recibir una cancelación a última hora o quedarte esperando a alguien que no llegará es muy triste. Si acordaron que se verían a las siete para cenar con sus papás, llega puntual y con la mejor disposición. Habrá eventos que no te emocionen pero considera que para él son importantes y desea compartirlos contigo, así que regístralos para que no se te olviden. - Descuido personal
Es cierto que tu compañero debe quererte por quien eres y no sólo por cómo luces. La ventaja de arreglarte es que si tú te gustas ¡a él le fascinarás! Una persona que se siente guapa es más atractiva. Si han dejado de esforzarse o tiene que perder unos kilitos de más, vayan al gym o salgan a correr juntos. ¡Se verán y sentirán mejor!
Discusiones más comunes que tiene una pareja
Evita que «arda Troya» y sigue estos consejos para que sus quejas más frecuentes se conviertan en una razón para consentirse.
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