La última investigación al respecto fue publicada en el Journal of Sexual Medicine por el doctor Emmanuele Jannini de la Universidad de L’Aquila en Italia, e involucró a 20 mujeres. Un ultrasonido fue utilizado para medir el tamaño y la forma del tejido que está más allá de la pared frontal de la vagina, a menudo considerado el lugar donde se encuentra el punto G. En nueve de las mujeres que afirmaron haber alcanzado el orgasmo vaginal, los tejidos entre la vagina y la uretra eran en promedio más gruesos que en las 11 mujeres restantes. El doctor Jannini explicó: “Por primera vez, es posible determinar con un método simple, rápido y barato si una mujer tiene o no un porganiunto G.”
Sin embargo, el doctor Tim Spector del Hospital Santo Tomás de Londres, dijo a New Scientist que el tejido más grueso podría ser, en realidad, parte del clítoris, otra área extremadamente sensible. Por otro lado, la doctora Berman asegura que para poder obtener un orgasmo puramente vaginal, es necesario que la mujer encuentre el tan famoso punto G. Ella lo pone más sencillo: “Acuéstate sobre tu espalda, inserta dos dedos dentro de tu vagina del lado del ombligo, como unos 2/3 hacia adentro y muévelos, podrás sentir tu punto G. El tejido de éste se siente diferente al resto de la vagina. Algunas mujeres dicen que se siente como la punta de su nariz. Mientras haces este experimento, no te sorprendas si te dan ganas de ir al baño”, afirma Berman. “Cuando estimulas el punto G, tendrás la sensación de querer orinar, esto se debe a la proximidad que tiene a la uretra. Esa es una señal de que estás tocando el punto correcto”, señala la especialista.
¿Es tan importante el punto G? Su existencia ha sido controversial desde la década del 80, cuando el término fue acuñado como una forma de explicar por qué algunas mujeres podían alcanzar el orgasmo a través de la estimulación vaginal mientras que otras no. Algunos expertos señalan que el término ha creado gran ansiedad entre las mujeres que no pueden obtener satisfacción de esta forma, así como a sus parejas. La doctora Petra Boynton, sexóloga de la University College of London, dijo que toda una industria había crecido en torno a la idea del punto G, pero que no servía de nada calificar de “disfuncionales” a las mujeres incapaces de encontrar el suyo. “Todos somos diferentes. Algunas mujeres tendrán cierta área dentro de la vagina que puede ser muy sensible y otras no. Pero no significa, necesariamente, que estén en el área llamada punto G”, especificó Boynton. “Si una mujer se pasa todo el tiempo preocupándose acerca de si es normal, o si tiene o no el punto G, se centrará en una sola área e ignorará todo lo demás”, agregó. “Eso es decirle a la gente que hay una sola y mejor forma de tener sexo, lo cual es incorrecto”, enfatizó la doctora.
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