Algunos factores de riesgo identificados son la criptorquidia (testículos no descendidos), los traumatismos, los golpes y los antecedentes familiares.
El autoexamen debe realizarse de forma rutinaria a la hora del baño.
• Examina un testículo y después el otro.
• Comprímelo y enróllalo suavemente entre los dedos índice y pulgar.
• Busca algún bulto en la superficie del testículo. Fíjate si ha crecido de tamaño, si está más duro y si hay alguna diferencia en su apariencia.

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• Debes acudir de inmediato al médico si tienes dolor, cambio en el volumen o si palpas bolitas o abultamientos.
El virus del papiloma humano (VPH) no tiene relación con los testículos. Algunos de los cien tipos de VPH afectan la piel y las mucosas externas del pene, y también el conducto por donde se expulsa la orina (uretra), lo que incrementa el riesgo de cáncer de pene.