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Uso correcto de los antibióticos

Tomarlos sin razón puede provocar alergias, infecciones crónicas y problemas en el estómago. ¡No te automediques!

Alguna vez:

  • ¿Dejaste tus medicinas a la mitad porque te sentías mejor?
  • ¿Has tomado antibióticos que no te recetaron?
  • ¿Los tomaste para tratar un resfriado o gripe?
  • ¿Seguiste el mismo tratamiento que otra persona, esperando que te funcionara?
  • ¿Te cambiaron el antibiótico porque los de antes ya no hacían efecto?

Si contestaste sí a una o más de estas preguntas, es momento de cambiar tu forma de usar los antibióticos para evitar problemas de salud. Conoce algunas realidades sobre este tipo de medicinas y por qué es tan importante utilizarlos con responsabilidad.

Antibióticos: ¿solución o problema?

Enfermarse es inevitable. Todos los días estamos expuestos a virus y bacterias que pueden afectar el equilibrio de nuestro cuerpo. Y aunque nuestro organismo tiene sus propias defensas, a veces necesita de sustancias para combatirlos con mayor eficiencia.

Sin duda, los antibióticos marcaron un gran avance en la medicina y hoy se encuentran entre los medicamentos más utilizados en todo el mundo. Sin embargo, el mal uso que se ha hecho de éstos ha disminuido su funcionalidad e incluso provocado diferentes riesgos para la salud.

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Realidad 1. Los antibióticos no son siempre el remedio

Los antibióticos fueron creados para combatir las infecciones que las bacterias ocasionan, como la faringitis por estreptococo y las infecciones de las vías urinarias o de oído. Su objetivo es evitar que éstas crezcan y se reproduzcan.

Contrario a lo que se cree, no son eficientes para padecimientos causados por virus, como la gripe y los resfriados. Administrarlos en estos casos no cura la infección, no aliviará las molestias y tampoco evitará contagios.

Realidad 2. Las bacterias se vuelven resistentes a los antibióticos

Cada vez que tomamos un antibiótico nos exponemos a que las bacterias se vuelvan resistentes a éste, pero el riesgo aumenta cuando nos saltamos algunas tomas, los consumimos con demasiada frecuencia o se utilizan para enfermedades que no pueden enfrentar.

Realidad 3. Los antibióticos pueden dañar el estómago

La mayoría alteran el equilibrio de la flora intestinal porque, al combatir a las bacterias dañinas, destruyen también a aquellas que protegen al estómago.

Estas modificaciones de la flora pueden manifestarse con diarrea, la cual se presenta entre el segundo y octavo día del tratamiento. A veces está acompañada de dolor abdominal, cólicos y fiebre.

Se ha comprobado que el consumo de probióticos (bacterias benéficas para el cuerpo) disminuye los efectos que los antibióticos ocasionan.

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Realidad 4. El uso inadecuado de antibióticos puede provocar consecuencias graves

Tomarlos de manera injustificada o en la dosis incorrecta puede complicar el diagnóstico y dar como resultado reacciones alérgicas, sobredosis, infecciones crónicas, gastritis y problemas cardiovasculares.

5 medidas para un uso responsable

  1. No tomes antibióticos sin que estén recetados por tu médico
  2. Sigue el tratamiento al pie de letra. Tómalo en la cantidad y el tiempo indicados
  3. Nunca utilices los antibióticos que fueron recetados a otra persona, mucho menos para los niños. Recuerda que las dosis pueden variar
  4. Fomenta en tu familia buenos hábitos de higiene para evitar enfermedades
  5. Pregunta a tu médico por un tratamiento de probióticos que forme parte de los hábitos diarios de alimentación y que sea seguro para todas las edades

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