Por todos lados escuchas que salen de paseo: los vecinos se van a la playa y tu hermana lleva a tus sobrinos a un tour; mientras ustedes permanecen en casa. Los motivos pueden ser económicos o de trabajo, y evidentemente decidiste que se quedarán porque era lo mejor para todos; pero aún hay algo que te hace sentir responsable por no salir de viaje.
Relájate antes de reprocharte. El sentimiento de culpa provoca un desgaste emocional que puede ser innecesario, y es una forma inconsciente de percibir que estamos “faltando” a algo ineludible. Entonces, recapacita: ¿salir es forzoso? Puede que tus papás acostumbraran una excursión cada año y que tú quieras continuar la tradición, pero debes reflexionar que no es una ley; sólo añade diversión al bienestar, lo cual sí es un compromiso.
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Identifica el problema
Tal vez éste proviene de la comparación con los demás. Si es así, ten en mente que te corresponde resolver lo tuyo, y que en realidad lo primordial es disfrutar su compañía, su presencia, sin importar a dónde vayan.
Ahora, es posible que tu remordimiento venga de haber visto las expresiones de desilusión de los niños; entonces recuerda, ¿cuántas veces han puesto la misma cara cuando no les compras un juguete en el súper? Antes de que te afecte, considera que decidiste lo mejor para conservar el equilibrio en casa. Para ayudarles a entender, habla con ellos:
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Ponlos al tanto de lo que sucede; utiliza palabras sencillas, con explicaciones cortas y sin acusar a nadie
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
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Ayúdales a comprender el panorama
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Preocúpate por sus sentimientos y maneja el tema con sensatez y sin promesas
Aprecia lo que tienes
Lo más valioso es el vínculo entre ustedes, el cual no cambia dependiendo del lugar al que vayan. Sin salir de la ciudad pueden compartir actividades y tiempo, procurando hacer de esto algo significativo; además, debes estar segura de que estar juntos es único, pues de lo contrario, no podrás transmitírselo a tus hijos.