Descúbrelo y prevén los efectos negativos de vivir constantemente estresada.
Las dos caras del estrés
El estrés es una reacción natural del cuerpo para responder a situaciones desafiantes.
- Lo bueno: Cuando se presenta ocasionalmente favorece la percepción, ayudando a actuar de manera más rápida para enfrentar retos y cumplir metas.
- Lo malo: A largo plazo, además de influir en las emociones, pensamientos y conductas, produce un desgaste en el organismo que se manifiesta con diferentes enfermedades.
Entendiendo las reacciones
Cuando el cerebro identifica una situación de alarma, envía señales para liberar dos hormonas: la adrenalina y el cortisol. Éstas aumentan la frecuencia cardiaca y respiratoria para estar alerta, dilatan las pupilas para mejorar la visión y estimulan al hígado para llenar al cuerpo de energía.

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Una vez superado el estrés, el equilibrio regresa. Pero, ante desafíos constantes, el cuerpo no puede recuperarse, lo que agota sus reservas y debilita sus defensas.
El estómago siente
Aunque el estrés no tiene el mismo efecto en todos, es muy común que en la mayoría provoque problemas estomacales e intestinales que incluso desencadenen padecimientos crónicos.
Acidez estomacal |
Provoca alteraciones de la flora intestinal, que pueden causar infecciones estomacales o agravar enfermedades como la de Crohn (padecimiento inflamatorio que afecta los intestinos). |
Indigestión
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Produce que el estómago se vacíe más lento y causa incomodidad, ardor en la parte superior del abdomen, acidez e inflamación. En algunas ocasiones náuseas y vómito. Aumento del apetito Incrementa el riesgo de padecer obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares. |
Gastritis por estrés | Inflama y debilita el revestimiento del estómago. Cuando es severa puede causar úlceras y sangrados. |
Síndrome de Colon Irritable |
Afecta a los nervios que controlan los músculos del intestino provocando que no funcionen adecuadamente. Produce cólicos, gases, distensión abdominal, diarrea y estreñimiento. |
Cuenta hasta diez
- Fija expectativas realistas. No siempre te rendirá el día como esperas. Mejor organiza tu tiempo. Haz una lista y decide cuáles son tus prioridades. No rebases tus límites. Aprende a decir «no» cuando sea necesario.
- Descansa de tus preocupaciones. No importa qué tan ocupada estés, reserva aunque sea uno 15 minutos del día para ti. Puedes buscar actividades para relajarte como el yoga, la meditación o el masaje terapéutico.
- Mantente en movimiento. Las endorfinas que produce la actividad física alivian el estrés, mejoran el estado de ánimo y disminuyen la tensión muscular. Empieza un programa de ejercicio de 20 minutos tres veces por semana.
- Lo que comes cuenta. Ya que el estrés aumenta el apetito, trata de obtener energía de frutas y verduras. Elimina alimentos que produzcan acidez estomacal como el café, el alcohol, las comidas picantes y los chocolates.
- Defiende a tu estómago. Para disminuir los efectos negativos del estrés en el estómago incluye en tu dieta y en la de tu familia el consumo de probióticos. Estas bacterias ayudan a restaurar el equilibrio de la flora, absorber nutrientes y protegerte de enfermedades.
Este documento fue creado con la información científica disponible al momento de su edición. Puede no concordar con estudios posteriores. Se recomienda consultar a un médico. Este contenido es informativo y no pretende sustituir la receta médica. La comunicación presentada es responsabilidad del autor y no refleja la opinión del patrocinador.