• Grasas saturadas. Los estudios han demostrado que una dieta alta en grasas y baja en fibra puede causar cáncer de próstata.
• Selenio. Al menos dos estudios han sugerido que el incremento de selenio en la dieta (mineral que se encuentra en carne, pescado, granos y semillas), puede disminuir el riesgo de cáncer de próstata. Además, conforme el hombre envejece los niveles de selenio disminuyen, lo que causa que la posibilidad de tener cáncer de próstata aumente.
• Vitamina E. Este poderoso antioxidante es un aliado contra el cáncer. Lo puedes encontrar en nueces, almendras, avellanas, coco, soya, germen de trigo y aceite de girasol.
• Licopeno. Una alta ingesta de licopeno (un antioxidante que se produce en el tomate, la sandía y pomelo rosado) parece estar asociada con la disminución del riesgo de cáncer de próstata. Algunos estudios han ligado al cáncer de próstata con la baja ingesta de frutas y vegetales.
• Pescado. El riesgo de cáncer de próstata parece incrementar en hombres que comen muy poco pescado. Posiblemente, esto se debe a los efectos de protección de los aceites del pescado, que contienen niveles elevados de omega-3.
Como ves, el estilo de vida va de la mano con la salud. Hacer pequeños cambios puede hacer la diferencia.