Salud
- Asegúrate de que reciba en tiempo y forma todas las dosis de su esquema de vacunación, de lo contrario la protección contra enfermedades será incompleta.
- La actividad física es indispensable para su desarrollo motriz y cognitivo. Durante sus primeros dos años, motívalo a patalear, gatear y caminar. A partir de los tres necesitará diariamente 60 minutos de ejercicio planeado y otros 60 de juego libre
- Si encoge las piernas, aprieta los puños y llora más de lo normal, es probable que tenga cólicos. Masajea suavemente su abdomen siguiendo el sentido de las manecillas del reloj.
Nutrición – lactancia
- ¿Sabías que tu estado de ánimo influye en la calidad de la lactancia? Si estás nerviosa o estresada, el reflejo de salida de la leche podría bloquearse. ¡Relájate!
- A mayor succión, mayor producción de leche, así que ofrécele tu pecho a libre demanda, es decir siempre que tu bebé lo pida.
- Amamántalo en la posición que elijas pero verifica que succione con la boca bien abierta cubriendo la mayor parte de la areola, el labio inferior hacia afuera y la lengua debajo del pezón. Si escuchas que chasquea, la postura no es correcta.
- Algunas señales de que no está satisfecho con su alimentación son: mueve la cabeza, abre la boca, está inquieto después de haber comido, chasquea, deja de evacuar por lo menos una vez al día, aprieta los puños o trata de metérselos en la boca, y no duerme lo suficiente entre comidas.
Nutrición – papillas
- Antes del año de edad no le ofrezcas leche de vaca, pescado, trigo, cacahuate, fresa, huevo y chocolate, pues predisponen el desarrollo de alergias alimentarias.
- Respeta su apetito y déjalo comer con las manos aunque se ensucie, esto le ayudará a estimular la coordinación ojo-mano para que pronto use cubiertos. Dale opciones que se disuelvan fácilmente en su boca como verduras cocidas, plátano, pera y melón.
- ¿Rechaza algún alimento? Deja que pasen unos días y ofréceselo en una presentación diferente, tal vez así le guste. ¡No desistas!
Sueño
- Crea un ritual para ayudarlo a identificar la hora de dormir, por ejemplo dale un baño o masaje, cántale o ponle música relajante.
- Descansa al tiempo que él duerme. No se trata sólo de obtener energía suficiente y buen humor para cuidar a tu bebé, sino de que la falta de sueño y el sobrepeso están directamente relacionados. Así que… duerme.
Berrinches
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- Durante el día, un niño de entre uno y tres años puede hacer hasta tres berrinches. Manejarlos con calma y paciencia es importante para su desarrollo emocional y social. Con tu ejemplo, transmítele la manera de tratar una situación difícil, ya que si te alteras fortalecerás esa reacción descontrolada.
- Deja que haga su berrinche, es difícil pero así aprenderá que no siempre va a salirse con la suya. Cuando vea que dicho recurso no le ayudará a alcanzar sus objetivos, dejará de hacerlo.
Estimulación
- Dale tiempo para que resuelva cada problema por sí mismo antes de enseñarle cómo se hace. De lo contrario, no le permites analizar y decidir otro camino para realizar las cosas. Tenle paciencia y ayúdalo a superar la frustración.
- Motiva su lenguaje platicando con él, pues aunque no te responda, estimularás su vocabulario, memoria y entendimiento. No distorsiones las palabras con diminutivos o repitiéndolas como él las dice.
Inteligencia emocional
- Establece horarios específicos para dormir, comer y jugar, ya que no sólo le ayudarás a ajustar su reloj biológico sino a adquirir confianza al contar con momentos previsibles y seguros en su mundo cotidiano. La disciplina es muy importante en su desarrollo emocional, no lo pierdas de vista.
- Los niños deben hacer las cosas por inspiración y no por culpa. Los regaños pueden hacer que tu hijo se ponga a la defensiva o que actúe como quieres, pero no por el hecho de saber que cierto comportamiento no le hace bien. Explícale el por qué de lo que esperas y las consecuencias de no llevarlo a cabo.
- Dedícale por lo menos 15 minutos al día, libres de cualquier distracción (teléfono, televisión, computadora) y mirándolo a los ojos. Con estos le comunicarás qué tan importante es para ti, más allá de las palabras.
- Intenta disfrutar más y preocuparte menos, sin olvidar que la capacidad de ser feliz a pesar de las dificultades es una enseñanza fundamental que tu hijo necesita de ti.
Y el pilón…
¡Dale palabras de aliento! Para él no existe opinión más importante que la tuya y más si se trata de algo positivo. Cada que tengas oportunidad, anímalo con: “Eres muy especial”, “Inténtalo hasta que lo logres”, “Me encanta ser tu mamá”, “Está bien expresar lo que sientes”, verás los resultados.