Es decir, todo lo que hagas en este momento con y para tu hijo será parte de él en el futuro. Si como mamá lo acompañas desde temprana edad de una manera amorosa y creando vínculos fuertes, puedes estar segura de que será una garantía de paz, armonía y felicidad en él más adelante.
Es por eso que abrazarlo, darle besos y hacerlo sonreír son un lenguaje secreto y no deben olvidarse. ¡Algunos especialistas piensan que una persona necesita 8 abrazos al día para poder ser feliz!
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Una de las cosas que como mamá seguro te preocupa y ocupa, es que tu hijo crezca “sano”, con una gran autoestima, que sea capaz de desarrollar relaciones sanas y que se motive constantemente a realizar retos. Haciéndolo sonreír lo logras.
Aunque actualmente existen un sin fin de opciones para poder desarrollar todo esto en tu hijo, la clave es la habilidad de saber administrar tu tiempo. Y más que eso, que el tiempo que dedicas sea de calidad, donde exista la comunicación, la tolerancia, el respeto, pero sobre todo el amor y las sonrisas.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Te interesa ¿Tu hijo es feliz?
Cada vez que creas momentos de felicidad, lo haces sonreír o le dices cuánto lo quieres, estás compartiendo con tu hijo una de las mejores experiencias de vida.
¿Sabías que el sistema nervioso central se activa en esos momentos? Fortalece el contacto a través de la piel por medio de las caricias, agudiza el sentido del oído para comprender mejor las palabras, crea recuerdos, da seguridad y le recuerda a tu hijo cuanto lo quieres.
¿Cuántas veces ha sonreído tu hijo gracias a ti hoy?
Colaboración de Lliliana Estrada Oviedo