- Brindan consejos útiles y prácticos
Nadie tiene más experiencia en el cuidado de un bebé que las abuelas; son el apoyo perfecto, sobre todo para las mamás primerizas. Se les considera expertas en el manejo de los recién nacidos, pues no podemos negar que son ellas quienes nos enseñan a bañarlos, a cambiarles el pañal, etc., además de que su compañía, recomendaciones y orientación nos hacen sentir protegidas. Recuerda, las abuelas nunca olvidarán lo que debe hacer una mamá.
- Siempre están dispuestos a cuidarlos
Cuando debemos trabajar hasta tarde, asistir a alguna reunión de trabajo, salir de viaje, etc., y no tenemos con quien dejar a nuestros hijos, los abuelos siempre serán los primeros voluntarios para cuidarlos. De antemano, sabemos que los niños no podrían estar mejor atendidos; además, no tenemos que preocuparnos por recogerlos a la hora exacta, ni inquietarnos pensando en cómo estarán.
- Transmiten recuerdos, historias y memorias familiares
¿Hay alguien mejor para contar las travesuras que hacías cuando eras chico? Los abuelos son un vínculo fundamental entre generaciones, con sus historias acercan a los miembros de la familia y los hacen revivir situaciones del pasado. Sólo ellos son capaces de contar las anécdotas que tú nunca te atreverías.
- Los consienten
Seamos sinceros, los abuelos no pretenden ser estrictos, lo que buscan es divertir, jugar y platicar con sus nietos. Son los consentidores por excelencia y son indulgentes con esas pequeñas cosas que un niño adora como levantarse tarde, ver la tele por horas, comer dulces, etc., pero eso no significa que sean permisivos, pues también marcan límites y no permiten que sus nietos digan groserías, hagan berrinches o se porten mal. Si bien no educan con reglas o normas como los papás, lo hacen con el ejemplo e inculcando valores como la tolerancia y paciencia, convirtiéndose en un complemento de su educación.
- Son una figura ecuánime cuando hay problemas familiares
Están dispuestos a escuchar al niño cuando tiene algún problema con sus papás sin juzgarlo ni traicionar su confianza, además de que tratan de neutralizar la situación. Cuando los problemas entre padres e hijos (en su mayoría, adolescentes) no se pueden resolver, es más fácil que los abuelos sean los mediadores del conflicto. Cada vez son más los nietos que los ven como amigos y confidentes, alguien con quien pueden abrirse por completo.
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