¿Me llenaré de estrías y perderé la figura? ¿Soy una madre frívola y desnaturalizada por pensar en ello? La feliz espera también implica atravesar por periodos de incertidumbre. Para que lo hagas más llevadero, te contamos la realidad de los temores más comunes en esta etapa.
- Sufrir un aborto
Según estudios ginecológicos, la mayoría de los embarazos concluye con un bebé saludable y menos de 20% en aborto. Gran parte de las pérdidas ocurre en los primeros días, cuando incluso muchas ignoran que tendrán un hijo. Alrededor de las seis u ocho semanas, cuando el médico identifica el latido del corazón del feto, el riesgo baja a 5%.
Cómo evitarlo: Baja hasta 30% esta amenaza si no consumes alcohol, tabaco y limitas la cafeína a máximo una taza de café al día. - Que nazca con algún defecto
El riesgo de que un recién nacido presente algún defecto de nacimiento es menor a 4%, incluyendo padecimientos que actualmente pueden ser tratados, como algunos problemas cardiacos.
Recuerda que es importante que expongas tu historia clínica familiar al médico para que te ayude a poner las preocupaciones en perspectiva.
Cómo evitarlo: Toma las vitaminas y complementos que el doctor te recete, sobre todo ácido fólico, pues éste reduce hasta 70% el riesgo de que nazca con defectos serios en el tubo neural. - Parto prematuro
Si bien un nacimiento prematuro es un riesgo real, actualmente puede prevenirse con chequeos constantes e ingiriendo ácido fólico.
Cómo evitarlo: Consume suplementos vitamínicos un año antes de la concepción y a lo largo de la gestación para disminuir la posibilidad. - No soportar el dolor
Si de algo nos han platicado –y hemos mitificado, admirado y honrado– es el sufrimiento en el momento de dar vida y sigue siendo el mayor temor a pesar de que hay maneras para sobrellevarlo. Debes tener en cuenta que esta experiencia es diferente para cada mujer. Mientras a tu prima o hermana le causó muchos malestares, en tu caso puede ser más sencillo, pues cada una lo manejará a su manera. Las experiencias ajenas quizá no te digan mucho, así que investiga y expresa todas tus dudas al médico.
Cómo evitarlo: Pídele que te proporcione un programa para ejercitarte –a menos que existan contraindicaciones–, ya que te ayudará a fortalecer los músculos y preparará tu cuerpo para parir. También te ayudarán mucho los ejercicios de respiración. - Ser una mala madre
Aunque todas esperan el nacimiento de sus hijos con ilusión, es normal que se estén nerviosas pensando si serán capaces de alimentarlos, educarlos, guiarlos, aconsejarlos, etcétera.
Cómo evitarlo: Lee libros y artículos sobre cuidado infantil durante la espera, y platica con otras mamás que tengan hijos de distintas edades. - Hacer el ridículo
Muchas veces hemos escuchado la historia de alguna mujer que se orinó o defecó en el momento crucial o la de aquella otra que en plena labor maldijo a su esposo “¡por haberme hecho esto!». Aunque muchas de estas anécdotas pueden ser ciertas y pensar en ser la próxima es incómodo, debes estar consciente de que durante este proceso es difícil controlar completamente tu cuerpo y algunas reacciones.
Si te pasa, no serás la primera ni la única; deja de lado la vergüenza y piensa que pronto tendrás cerca a tu bebé.
Cómo evitarlo: Es una realidad que durante el parto estarás expuesta ante un equipo médico pero ¿sabes algo? Se trata de su trabajo, atienden hasta cinco partos al día y ya lo han visto todo”.
Si alguno de estos pensamientos te limitan y no te permiten realizar tus actividades diarias, será mejor que consultes a tu médico para que juntos busquen una solución.