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Consultas y cuidados prenatales

Recuerda que la salud y el desarrollo adecuado de tu bebé dependerán en gran parte de ti y de los cuidados que recibas.

Decides comprar una prueba de embarazo y después de esperar dos largos minutos… ¡descubres que estás embarazada! Probablemente pasarás todo el día digiriendo la noticia y contándole a familiares y amigos sobre esta nueva etapa que está comenzando. Pero, ¿qué sigue después?

Recuerda que es muy importante que tomes conciencia y responsabilidad de todo lo que viene, pues la salud y el desarrollo adecuado de tu bebé dependerán en gran parte de ti y de los cuidados que recibas.

Tu primera consulta prenatal
Si no planeaste tu embarazo y la noticia te tomó un poco por sorpresa, es indispensable que consultes a tu médico cuanto antes (incluso por teléfono) para que te recete algún suplemento que contenga ácido fólico, una vitamina primordial para el desarrollo del tubo neural de tu bebé.

Si planeaste tu embarazo y tomaste todas las precauciones recomendadas, también es importante que acudas a consulta lo más pronto posible, para que tu médico revise tu historia clínica y las circunstancias en torno a tu estado de salud.

Es decir, no importa si tu prima o tu mejor amiga no visitaron más que tres veces a su médico durante todo el embarazo: cada mujer es única, cada estilo de vida es distinto y las necesidades de tu bebé pueden ser diferentes a las de los demás.

El padecimiento de ciertas enfermedades como la diabetes, haber sufrido un aborto espontáneo en embarazos anteriores, antecedentes familiares de Síndrome de Down o tu edad podrían ser una razón para que tu número de consultas prenatales sea mayor al normal requerido.



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Esquema clásico de consultas prenatales

Etapa del embarazo Frecuencia de las revisiones
Primera cita hasta las 28 semanas Cada cuatro semanas
28 a 36 semanas Cada dos o tres semanas
36 semanas hasta el parto Semanal

Durante el segundo trimestre puedes aprovechar cada consulta para preguntar sobre los movimientos fetales, las contracciones de Braxton Hicks, el aumento de peso recomendado y qué síntomas son normales o inusuales.

Durante los últimos meses las citas prenatales son una buena ocasión para hablar con tu médico sobre asuntos relacionados con el momento del parto: los distintos tipos, las opciones de hospitales, los cursos o los mejores ejercicios para una mujer embarazada.

Recuerda que en cada consulta descubrirás cosas sorprendentes, así que lo más recomendable es que vayas acompañada.

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¿Qué esperar?
Muy probablemente durante la primera consulta tu médico te pregunte cuándo fue tu última regla y si tus ciclos menstruales más recientes han sido regulares o irregulares, para así calcular tu fecha probable de parto.

Además, será necesario que te realices un análisis de sangre y de orina (perfil prenatal), para conocer tu estado de salud general y si eres inmune a ciertas infecciones.

Los resultados de ambos análisis definirán si tu embarazo requiere un seguimiento especial y si necesitas acudir al médico con una frecuencia distinta al esquema clásico.

Algunas pruebas del perfil prenatal:

  • Grupo sanguíneo y factor Rh. La mayoría de las personas son del tipo sanguíneo Rh positivo. Sin embargo, puede darse el caso que un hombre Rh positivo y una mujer Rh negativo conciban, y que el tipo de sangre del bebé sea positivo, creando una incompatibilidad con la madre. Aunque por lo general esta situación no es problemática, si la sangre del bebé entra en la circulación de la madre, su sistema inmune puede crear anticuerpos y, en caso de cruzar la placenta, comenzar a destruir los glóbulos rojos del bebé. Para prevenir este problema, el médico puede aplicar una inyección específica, por eso es muy importante realizar los análisis de sangre lo antes posible.
  • Cuadro hemático completo. Esta prueba, realizada a partir del conteo de glóbulos rojos, determinará si padeces anemia. Además, hace un conteo de tus plaquetas y glóbulos blancos.
  • Rubeola. Aunque la vacuna contra la rubeola está contraindicada en el embarazo, es importante que tu médico sepa si eres inmune a esta enfermedad, para que, en caso de no serlo, te aísles por completo de personas que la padezcan y recibas la vacuna después del parto para que no seas vulnerable en embarazos posteriores.
  • Glucosa. Esta prueba se realiza para detectar el riesgo de desarrollar diabetes gestacional que, de no ser atendida, puede provocar que el bebé padezca ciertos problemas como crecimiento exagerado o niveles de azúcar elevados.

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Exámenes de rutina
Independientemente de cómo se esté desarrollando tu embarazo, generalmente hay tres procedimientos que tu médico realizará en cada consulta.

1. Peso y medición de la presión arterial. A partir de tu índice de masa corporal tu médico te informará cuántos kilos puedes subir como máximo a lo largo de todo tu embarazo. Algunas mujeres aumentan más de peso durante el primer trimestre, mientas que otras lo hacen durante el último. Es importante que sepas que ninguno de estos patrones es mejor que el otro, pues ninguno es perjudicial para tu salud. ¿Quieres saber cuántos kilos puedes subir? ¡Descúbrelo!

La revisión de tu presión arterial es muy importante, pues una presión alta podría ocasionar que desarrolles preeclampsia o eclampsia, dos padecimientos propios del embarazo.

2. Medición de la altura uterina. Aproximadamente después de la semana 16 es probable que revisen la distancia desde la parte superior del pubis hasta la parte superior del útero, para que tu médico tenga una idea general del crecimiento del bebé y de la cantidad de líquido amniótico.

3. Latido del corazón del bebé. Para este examen generalmente se utiliza un estetoscopio Doppler, pues permite escuchar el corazón del bebé a partir de la décima semana de gestación.

Otra prueba que se realiza con regularidad durante las consultas prenatales es el ultrasonido o ecografía. Ésta es una herramienta increíblemente útil durante la gestación, ya que permite observar y evaluar al bebé en útero.

Un aparato llamado transductor emite ondas de sonido, las cuales rebotan sobre el bebé y se traducen a imagen, la que aparecen en el monitor. El médico esparce un gel sobre el abdomen de la madre y después desliza el transductor sobre el gel.

Gracias a esta prueba se pueden detectar casi todas las estructuras del cuerpo del feto, e incluso se puede ver cómo realiza sus actividades normales como patear, mover la mano, chuparse el dedo, etc.

El ultrasonido es una prueba no invasiva, no es dolorosa y no implica riesgos para el bebé o la madre.

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¿Cuándo realizarla?
La necesidad  o la frecuencia de las ecografías dependen también de cómo se desarrolle tu embarazo. Algunos médicos recomiendan una ecografía alrededor de la semana 20, y otros opinan que no es necesaria si no existen riesgos de algún padecimiento. La mayoría de las mujeres se realizan por lo menos una ecografía a lo largo de todo el embarazo, pues sin duda es muy impresionante poder tener una imagen clara del bebé en útero.

La única desventaja del ultrasonido es que su costo no es tan económico. Si tu embarazo avanza con normalidad y tu médico no te sugiere esta prueba, piénsalo dos veces antes de realizarte una. Tal vez es mejor que utilices ese dinero para los pequeños imprevistos que puedan surgir en último momento.

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