Conforme transcurren las semanas, es probable que te sientas completamente diferente a quien eras antes de embarazarte. ¡No es para menos!
Algunos de los cambios emocionales más comunes son:
Primer trimestre
Tendrás sentimientos encontrados por tu estado. En ocasiones esto depende si fue un embarazo planeado, deseado o sorpresivo. Aunque haya sido la primera opción, es normal que te llegues a sentir desorientada.
- Pasas de la risa al llanto en cuestión de minutos
- Cansancio
- Miedo a sufrir un aborto
Segundo trimestre
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- Aceptación o rechazo de tu imagen corporal. Sentir que tu cuerpo se sale de control e incluso dejar de reconocerlo como propio. En este caso, es recomendable unirse a algún grupo de mujeres embarazadas con quienes puedas compartir las inquietudes y los cambios, o practicar alguna actividad física que te ayude a concientizar tu cuerpo en constante cambio, como por ejemplo: yoga, expresión corporal, tai chi, natación, etcétera
- Activas el “rol de madre” hacia tu pareja o crees que dependes de él
- Sensibilidad hacia los comentarios y actitudes de la gente cercana, en especial de tu pareja
Tercer trimestre
- La aproximación del parto te provoca angustia, ansiedad o excitación. Lo que puedes hacer es tomar un curso de psicoprofilaxis perinatal, en éste despejarás muchas dudas y trabajarás sobre tu actitud hacia el parto
- Suele aparecer preocupación sobre la habilidad de ser buena madre
- Necesidad de reafirmación y de sentirse amada por la pareja
- Recuerda que cada persona es distinta y única, y cualquier cosa que sientas es normal, así que no te juzgues. Considera buscar apoyo terapéutico si lo que sientes te preocupa demasiado
Ten en cuenta que lo que pensamos y sentimos acerca del parto determina cómo lo vamos a experimentar y cómo se va a desarrollar.
Ante todo recuerda que tu cuerpo tiene la sabiduría innata para gestar y tener a tu bebé de la manera más sana y natural, sólo necesitas conectar con tu parte instintiva y confiar.