Aunque la mayoría de las mujeres embarazadas no saben diferenciar perfectamente las contracciones de Braxton Hicks de las contracciones de labor verdaderas, es muy sencillo: las contracciones previas al trabajo de parto son más largas, frecuentes y dolorosas que las de Braxton Hicks.
[relacionado id=25281]
Conforme avance tu embarazo, es probable que las contracciones de Braxton Hicks se hagan más comunes e incluso dolorosas, de hecho, puede llevarte a un trabajo de parto falso.
Debes estar alerta pues si notas irregularidad en la intensidad (disminuyen de cualquier forma), la frecuencia y duración de las contracciones, será casi un hecho de que se tratan de contracciones de Braxton Hicks.
Los médicos las consideran parte del trabajo de labor previo y sirven para que tu cuerpo se prepare para el momento del nacimiento. De hecho, algunos opinan que dichas contracciones deben de ser vistas como una oportunidad para practicar los ejercicios de respiración básicos para el parto.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Al tener actividad física (desde nadar hasta cargar las bolsas del supermercado) pueden hacerse más comunes. Si te sientes incómoda y quieres disminuir el dolor, te ayudará mucho tomar un baño de agua tibia, acostarte o, si estás reposando, levantarte y realizar una caminata. También es recomendable tomar un par de vasos con agua, ya que muchas veces pueden ser causadas por deshidratación.
También deberás consultarlo, cuando alcances las 37 semanas, si las contracciones van acompañadas de dolor en la espalda baja o si sientes más de una en un lapso de una hora o se dan en intervalos regulares, ya que esos son síntomas de trabajo de parto prematuro.
Si ya pasaste la semana 37, no hay por qué acudir al médico, pero si las contracciones duran al menos 60 segundos y se presentan en intervalos de cinco minutos, probablemente estés a punto de iniciar la labor de parto.