Tras la pregunta: ¿cuál es mejor? Seguramente habrá quienes defiendan la opción vaginal por los beneficios que ofrece para ti y tu bebé, sin embargo, si tu experiencia previa no fue grata, el trabajo de parto te pareció doloroso y después de darle vueltas, prefieres que el nacimiento de tu segundo hijo sea por medio de una cirugía, hazlo; es tu derecho.
Es probable que te enfrentes a comentarios negativos que descalifiquen tu “capacidad como madre y amor hacia tu hijo”, así que blíndate y toma en cuenta que el parto es como correr un maratón, mientras más te prepares, más confianza y seguridad tendrás en que todo saldrá bien. Para empezar:
- Platica con tu médico sobre los riesgos que existen (infecciones, complicaciones, etc.) y las consecuencias que esta alternativa tendrá para tus futuros partos
- No te guíes por las experiencias de amigas, familiares o lo que leas en blogs; ¡cada cuerpo es diferente!
- Sé consciente de lo que viene. En ocasiones suelen presentarse sentimientos de decepción, arrepentimiento o frustración en el posparto y debes estar preparada para manejarlos
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No olvides que es una intervención quirúrgica y hay que considerarlo para que tu recuperación sea un éxito. Por ejemplo:
- Anticipa quién te apoyará después del parto. De preferencia, platica con varias personas para que puedan rotar turnos y no te dejen sola
- Trata de caminar un poco el día después del nacimiento. No sólo te ayudará a sentirte mejor sino que acelerarás la circulación de tu cuerpo y prevendrás la formación de coágulos
- No te prives de cargar a tu bebé, sólo hazlo con cuidado y evita realizar otro tipo de esfuerzos
- Descansa y come saludablemente. Necesitas energía para el cuidado de tu recién nacido
- Prepárate para combatir el dolor, es inevitable. Pregunta a tu médico qué técnicas te recomienda y conforme a tu historial clínico, qué medicamentos son los más acertados para ti y el periodo de lactancia que iniciarás
Lo que importa es que estés plenamente segura de lo que deseas. Recuerda que la llegada de tu bebé ocurrirá sólo una vez en la vida y bien vale la pena que sea una experiencia positiva y saludable para ambos.
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