La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es esencial para la reparación del tejido, la cicatrización y la producción de colágeno, que es la proteína que ayuda a la formación del tejido conjuntivo. Durante el embarazo ayuda a que tú como mamá seas menos propensa a infecciones, mientras para el feto el consumo diario de esta vitamina ayuda a su crecimiento y a la formación de huesos y dientes sanos; además de facilitar el proceso de absorción de hierro, por lo que es importante que en tu dieta incluyas alimentos ricos en vitamina C.

Una mujer embarazada necesita por lo menos 80 mg. de vitamina C al día y si estás en la lactancia, sería conveniente que lo incrementaras a 100 mg.

A continuación te damos una lista de los alimentos en los que puedes encontrar esta vitamina:

• 236 ml de jugo de naranja: 124 mg.
• 1 rebanada de papaya: 93.9 mg.
• 1 taza de fresas: 84.5 mg.
• 236 ml de jugo de uva: 72 mg.
• ½ taza de brócoli cocido: 58.2 mg.
• 1 taza de frambuesas: 30.7 mg.
• ½ mango: 28.7 mg.
• 1 jitomate: 23.5 mg.
• ½ col morada cocida.

Existen ciertos signos que te indican la falta de esta vitamina: cabello quebradizo, piel seca y áspera, así como curación tardía de cortadas y moretones.

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