El aborto es la terminación el embarazo antes de que el bebé pueda sobrevivir fuera del útero. Aunque no existe un consenso respecto a la edad en que el feto es viable, la mayoría de los obstetras consideran que la línea divisoria entre el aborto y el parto prematuro se encuentra en las 21 semanas de gestación o un peso de 400-500 g, pues pocos niños sobreviven si pesan menos de 500gr al nacer o si el curso de la gestación había durado menos de 21 semanas.
En general, el feto casi no tiene probabilidades de vivir si pesa menos de 1 kg y si el embarazo tiene menos de 24 semanas. El aborto temprano se da antes de completar la semana 12 de gestación (84 días) y el aborto tardío es el que se presenta después de la semana 12 pero antes del inicio de la 20ª semana de gestación (entre los 85-134 días).
Características del aborto
Se trata de un hecho muy frecuente, de 100 óvulos expuestos a ser fertilizados, 16 no lo logran. De los 84 huevos, 15 de ellos no se pueden implantar en la matriz. Los 69 huevos que quedan implantados en la matriz producen la hormona del embarazo (gonadotropina corionica). Sin embargo, 27 de estos huevos ya implantados en la matriz son abortados y esto ocurre los días que corresponden al período menstrual o unos días después.
Generalmente la mamá no se entera y lo único que nota es un retraso menstrual de unos pocos días con un sangrado más abundante y probablemente doloroso. Se pueden detectar estos embarazos si se realiza una prueba de embarazo en sangre, que se le conoce como embarazo químico.
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En este momento solo 42 de los 100 primeros óvulos han logrado sobrevivir. Se forman entonces 42 embriones, de ellos el 25% (10 embriones) van a ser abortados y son los abortos de los que nos damos cuenta. Los 30 embriones restantes son los fetos potenciales donde intervienen todos los cuidados del embarazo.
La principal causa de los abortos en los primeros tres meses del embarazo, son alteraciones en los cromosomas; algunos de estos errores genéticos se producen por anormalidades del huevo, del espermatozoide o por fallas en el reacomodo de los cromosomas una vez que se unen ambos gametos. Otras causas menos frecuentes son alteraciones en las hormonas, infecciones, malformaciones de la matriz y alteraciones en el sistema inmune (el sistema inmune: encargado de defendernos de las infecciones).
Los síntomas son sangrado y dolor. Cuando tienes un retraso menstrual de aproximadamente una semana, te recomiendo que te realices un examen de embarazo en sangre. Si tienes un sangrado vaginal después de un retraso menstrual acompañado de un cólico en tu abdomen existe la probabilidad de que estés presentando un aborto.
Se necesita realizar una exploración, en posición ginecológica se realiza un tacto (el examinador toca con dos dedos de su mano el cuello de tu matriz). La finalidad de esta exploración es conocer el tamaño de tu matriz y saber cómo se encuentra el cuello. Si el cuello de la matriz está abierto, el tratamiento es acabar de limpiar la matriz (legrado uterino). Cuando el cuello de la matriz está cerrado debemos de conocer el estado del embrión.
Se efectúa entonces un ultrasonido, en este estudio se busca ver el corazón del embrión, cuando lo observamos podemos estar tranquilos, el tratamiento es reposo y tiempo.
Si no vemos el corazón del embrión pero se ve el huevo (saco gestacional), se puede tratar de un embarazo sin embrión (huevo muerto y retenido) o de un embarazo muy pequeño donde aún no se desarrolla el embrión. En ambos casos se debe realizar un ultrasonido una semana después, para ver si creció el huevo y se observa el corazón.
Si en el ultrasonido no se observa nada dentro de la matriz, es probable que todo el embarazo haya sido expulsado.
El legrado uterino (limpiar la matriz) no es necesario en todos los casos.