Si eres fumadora y estás intentando quedar embarazada, conviene que sepas que de acuerdo con un buen número de investigaciones, fumar reduce la oportunidad de que las parejas procreen con éxito, esto sin mencionar los efectos adversos que el cigarro tiene sobre la salud del niño.
Por ejemplo, en Inglaterra un estudio demostró que, en comparación con las parejas que no fuman, las parejas fumadoras no podían concebir incluso cinco años después de no usar ningún método de control natal. Del mismo modo, existe la hipótesis de que fumar reduce el número de óvulos fértiles en el ovario de las mujeres, y que se inicia antes la menopausia.
En estudios realizados con animales se observó que la nicotina reduce la ovulación y la fertilización de los ovocitos. El cigarro también deteriora la función normal de las trompas de Falopio, altera los niveles fisiológicos normales de las hormonas reproductivas, reduce la implantación del embrión e incrementa el riesgo de padecer enfermedad pélvica inflamatoria por la alteración del sistema inmune.
En estas condiciones, la posibilidad de que un embarazo se vuelva ectópico se duplica, y de no ser así, en el embarazo existen muchas otras complicaciones, entre las que se cuentan el aborto o el parto prematuro.
Los niños que nacen de mujeres fumadoras padecen numerosos problemas en su desarrollo, mayor incidencia de infecciones respiratorias y una mayor posibilidad de sufrir el síndrome de muerte blanca o muerte en la cuna.
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