Un examen de ultrasonido puede realizarse de forma vaginal –utilizando una sonda especial que se inserta en la vagina- o de forma abdominal –mediante un transductor que se mueve a lo ancho del abdomen de la mujer-.
El tipo de ultrasonido dependerá de lo que el médico considere idóneo para cada embarazo. Algunas veces los que se realizan durante el primer trimestre son vaginales, pues con ellos se logra un mayor acercamiento al feto y una mejor observación.
¿Para qué?
Los propósitos de un ultrasonido son los siguientes:
- Ubicar el embarazo. La mayoría de los embarazos se desarrollan en el útero, sin embargo, hay embarazos extraordinarios que se localizan fuera de él. A este tipo de gestación se le conoce como embarazo ectópico y puede ser muy peligroso si no se detecta a tiempo y no se toman las precauciones pertinentes
- Verificar el estado de salud del bebé. A partir de la quinta o sexta semana de embarazo es posible percibir el latido del corazón del bebé. Antes de este tiempo, lo único visible es el saco gestacional
- Detectar algún tipo de anormalidades. Generalmente, un ultrasonido exhaustivo para identificar malformaciones congénitas no puede realizarse sino hasta las semanas 16 a 20
- Checar el número de bebés. Un ultrasonido permite observar si hay uno o más fetos. Además, permite identificar donde están localizadas las placentas y saber si los bebés son monocigóticos o bicigóticos
- Revisar los ovarios. Este tipo de prueba también puede revelar si los ovarios están sanos. Algunas veces, se detectan quistes en el ovario del cual el óvulo fue liberado y conforme avanza el embarazo desaparecen gradualmente. Para que un quiste sea removido durante o después del embarazo se tiene que considerar su tamaño y su apariencia
- Revisar el útero. Este método también es útil para verificar que la forma del útero y la apariencia del cérvix sean los normales.
¿Cuándo?
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El primer ultrasonido puedes realizártelo en un hospital o en un laboratorio, y generalmente quien lo hace es un radiólogo o un ginecólogo.
Observar a tu bebé moviéndose dentro de ti y percibir cómo late su pequeño corazón será, indudablemente, una experiencia que te dejará sin aliento. Aunque es increíble que ya puedas ser testigo de todo esto, el objetivo del ultrasonido es asegurarse de que el feto se está desarrollando adecuadamente y no presenta ningún problema de salud. Por eso, una serie de procedimientos se llevarán a cabo para checar que su tamaño sea el correcto, que no tenga defectos del tubo neural o algún otro tipo de anormalidades.
La determinación del sexo depende mucho de la calidad del equipo y de la experiencia de los técnicos. Un ultrasonido puede revelar el sexo del bebé a las 16 semanas, pero no debes confiarte porque podrías llevarte una gran sorpresa más adelante. De hecho, un diagnóstico sería más confiable a la semana 22, pues el resultado es más certero a medida que transcurren las semanas de embarazo.
Con frecuencia sucede que si la persona que hace la interpretación de los resultados no está segura, no se compromete a decir si el bebé será niño o niña.