Es cierto, el embarazo es una de las transformaciones más poderosas que puedes atravesar y que además de alegrías, está llena de miedos y ansiedades por los cambios que vienen; tu cuerpo, tu mente y tu ser en sí, pasarán a ser los de alguien más: una mamá, y aunque todo el mundo (tú incluida) tengan las luces puestas en tu hijo, antes debes empezar a ser buena contigo.
¿Cómo lograrlo?
1. Permite que te cuiden
Uno de los retos más grandes, es que te reconozcas como una mujer que merece ser apoyada y contenida. Imagínate que tú eres la que está en el vientre, ¿cómo te gustaría que te trataran?, ¿qué esperarías de tu familia para sentirte mejor? Aunque sean cosas pequeñas como estar libre de ruido o sin pasar frío, necesitas cubrir tus necesidades y ser capaz de exponerlas a los demás. Recuerda que antes de tu bebé, tú tienes el derecho a vivir respetada.
2. Date tiempo
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Culturalmente hablando, las mujeres estamos “programadas” para estar cuidando siempre a los demás, pero en cuanto nazca tu bebé esa será una realidad y tendrás menos o nada tiempo para ti. Por eso aunque te parezca extraño, ¡ponte más atención que nunca! Deja de pensar en tu hijo y bríndate el espacio para digerir tus emociones.
Es normal que planees el parto y nacimiento, pero si sólo te enfocas en esos días (que aún están lejos), tu preparación emocional será pobre y tendrás más probabilidades de atravesar por periodos de depresión o ansiedad. Convertirte en madre es un complejo proceso físico y emocional que necesita ser digerido despacio, hazlo poco a poco.
3. Acércate a quienes tienen experiencia
Además de tu mamá, hermanas, suegra y cuñadas, haz un casting de las mujeres con quienes convives y en una plática tranquila, y de preferencia cuando estén sólo ustedes dos, hazles esta misma pregunta: “¿Qué te hubiera gustado saber antes del embarazo y/o parto?”. Acércate con la intención de recibir todo su conocimiento y diles que de mamá a mamá, deseas desaparecer tus miedos con la información más honesta que puedan darte.
Por ejemplo, la aplicación de anestesia genera una sensación de frío, ¿ellas pudieron cubrirse con una manta o qué les recomendaron los médicos para combatirlo? Crea una conexión de unidad y sé testigo de cómo están dispuestas a enriquecerte con sus anécdotas. Agradéceselos y si no te funcionan sus vivencias o notas demasiada negatividad, pídeles algún otro consejo útil (y positivo).
4. Empieza a decir “no”
Quizá has escuchado que la ansiedad, impaciencia e irritabilidad son emociones recurrentes en esta etapa y pueden deberse en gran parte, a las ganas que tienen muchas embarazadas de negarse a hacer o dejar de escuchar recomendaciones no pedidas; pues bien, anticípate y ve esta como tu oportunidad de aprender a hacerlo. Cada que alguien solicite tu ayuda y que sepas que puede resolver solo, intenta frases como:
- “Me encantaría apoyarte pero el bebé consume toda mi energía”
- “Lo siento, esta vez no podré hacerlo porque si no descanso en los próximos cinco minutos, me volveré loca”
- “Sabes que siempre te apoyo pero por ahora (acariciando tu panza) te fallaré” Aprende a decir «no»
Si el remordimiento aparece, respira hondo y pregúntate: “Si yo no lo hago y no se resuelve, ¿en verdad importa?”, verás que la mayoría de las veces la gente puede hacerse cargo, y tú puedes disfrutar de tu embarazo.
5. Hazle caso a tu cuerpo
Reconoce los síntomas e identifica si algo en tu vida personal o laboral detona el malestar. Por ejemplo, si las náuseas te atacan de lunes a viernes pero el fin de semana ni te acuerdas de ellas, revisa qué parte de tu trabajo te afecta. Si es el caso, pon en balance qué es lo realmente importante y cuando tu jefe empiece a presionarte o tu suegra a criticarte, cierra los ojos y lleva toda tu atención al bebé que llevas dentro, imagínate cuánto ha crecido, cómo son sus manos y todo lo que querrás decirle al nacer.
6. Repítete (y al mundo): “Estoy embarazada, no enferma”
Pese a la cantidad de información con la que contamos, muchas personas siguen pensando que la gestación es un periodo “de guardar”, en el cual debes estar en cama por nueve meses, ¡error! Este es tu momento para mostrar cuán dichosa estás y contagiar a todos con tu actitud. Sé consciente de que vendrán días malos pero defiende tu derecho a permanecer en casa si lo deseas y a pedir apoyo sólo si lo requieres.
7. Consiéntete
En este apartado incluye todo lo que se te ocurra: hacerte un pedicure de lujo, pedir masajes relajantes a domicilio, comprarte ropa linda, renovar tus accesorios, pasar una tarde de películas, colocar una hamaca en casa, comer pastel, salir con amigas, iniciar un hobby, hacerte una sesión fotográfica, ir a un show cómico, cenar en un restaurante elegante, ¡disfruta tu libertad!
De lo que se trata es que vivas esta experiencia como la protagonista que eres, tu bebé tendrá su momento al nacer y mientras tanto, lo mejor para ti es ver en pro de tu bienestar y mostrarle la importancia del amor propio.