2. Tu corazón está bombeando de 40 a 50% más sangre que antes del embarazo. También está latiendo entre 10 y 20 veces más por minuto de lo que lo hacía antes. Esto es para alimentar el cordón umbilical y la placenta. También se está preparando para el gran día: el nacimiento del bebé. ¿Ahora entiendes por qué te cansas mucho más rápido que antes?
3. Tu bebé te escucha (así que ten cuidado con lo que dices). A las 18 semanas de gestación los oídos de los bebés se han desarrollado completamente, y muy probablemente, pueden oír tu voz. Cuando cantas, ellos pueden escuchar y reconocer las canciones después del nacimiento.
4. Si es niño, ¡podría tener erecciones! Incluso antes de nacer, el sistema reproductivo del bebé ha comenzado a prepararse para su funcionamiento. Entre las 20 y 23 semanas el bebé ya ha comenzado a producir espermatozoides. En ese momento los ovarios y el útero de las niñas también están completamente formados.
5. La placenta está haciendo el trabajo de cuatro órganos. A veces llamado “árbol de la vida”, este órgano ayuda al bebé a eliminar residuos, suministrar toda la sangre y alimentarla.
6. El bebé es capaz de descubrir sabores de la comida. Lo creas o no, cerca de la semana veinte del embarazo el bebé ha desarrollado papilas gustativas y ya está aprendiendo a preferir los alimentos que consume. Algunos expertos creen que se puede dar forma al paladar del bebé si comes bien y variado. Seguramente ya estás siendo cuidadosa con lo que comes, pero esta es una motivación extra para pedir un poco de brócoli en lugar de papas fritas.
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7. Tus pechos están produciendo leche. No, esto no sucede únicamente en el posparto. Las hormonas desencadenan la producción de leche casi inmediatamente después de quedar embarazada, y en 20 semanas, la primera leche del bebé (un líquido amarillo delgado llamado calostro) ya está ahí. Puedes notar algunas fugas durante el tercer trimestre, nada que las pezoneras no puedan arreglar.
8. Ya hace popó. Cerca del punto medio del embarazo, el bebé comienza a producir meconio, la sustancia alquitranada negra que él va a expulsar poco después del nacimiento para llenar su primer pañal sucio.
9. Puede ver la luz. Alrededor de la semana 30, el iris está completamente formado, lo que significa que puede ver y reaccionar a la luz. Sorprendentemente no está completamente a oscuras, y si te encuentras en un lugar donde hay luz del sol puedes notar sus movimientos tratando de protegerse los ojos.
10. Prepara su debut en el arte de llorar. ¿Estás lista para su primer lloriqueo? Él también. Fotos de ultrasonidos han detectado algo parecido al llanto y otras expresiones faciales. Esto no quiere decir que está triste, es una habilidad interesante de dominar, ya que será su principal forma de comunicarse contigo durante las primeras semanas.
Con información de The Bump.