Forma parte como miembro activo del equipo DiabeSport, que es integrado por atletas de América Latina que viven con diabetes. Es fundador del equipo de corredores Run & Run Team y como Sky Runner ha conquistado las cimas de La Malinche, el Nevado de Toluca y la Mujer Dormida. Además, participa como columnista de la Federación Mexicana de Diabetes, donde ha mostrado su apoyo a otros pacientes y da conferencias sobre su historia de vida.
Para él los pacientes con diabetes deben tomar el control de su enfermedad, informarse y acudir a chequeos médicos. En México 9.2% de la población la padece, y para él “es pecado no estar informado”. En sus conferencias siempre menciona la importancia del ejercicio para todas las personas, sean diabéticos o no. Hacer cualquier actividad física, aunque sólo sea caminar, siempre ayudará a prevenir la diabetes.
Sus maratones comenzaron poco a poco, desde 5 km hasta los 42 km, sin jamás olvidar su plan de alimentación, monitoreo y controles médicos. Su perseverancia hace que viva su diabetes no en hospitales sino en constantes maratones como el de la Ciudad de México (Ya tiene las dos primeras medallas M y E y va por el resto de la palabra México). Un compañero importante en cada una de sus actividades deportivas es el glucómetro, que es un instrumento que se utiliza para obtener la medida de la concentración de glucosa en sangre de forma instantánea sin necesidad de tener que ir a un centro especializado. Dicho aparato lo usa durante los maratones sin hacer pausa alguna.
Con el equipo de DiabeSport, Edgar participó en el Ultramaratón “El cruce de los Andes” desde Chile hasta Argentina, donde conoció a sus integrantes a través de estoydiabetes.org. Este maratón fue extenuante y lo llevó al límite de sus capacidades físicas y mentales, pero después de un cardiograma y diversos chequeos, comprobó que su cuerpo podía hacer lo mismo que su mente: no parar y llegar a sus objetivos.
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Edgar García Márquez no hace promesas como un típico papá: él promete cuidarse y llegar bien a casa.
«Nos seguimos viendo donde siempre… ¡En la meta!»