Quisiera comenzar por compartir con ustedes una reflexión en la acariciadora voz de Mariano Osorio, uno de mis más queridos locutores.
Puedes seguir aquí la narración.
Papi, ¿cuánto ganas por hora?
– Papi, ¿cuánto ganas por hora? – con voz tímida y ojos de admiración, un pequeño recibía así a su padre al término de su trabajo.
El padre dirigió un gesto severo al niño y repuso – Mira hijo, esos informes ni tu madre los conoce. No me molestes, estoy cansado.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
– Pero papá – insistía el pequeño – dime por favor, ¿cuanto ganas por hora?
La reacción fue menos severa. El padre sólo contestó – 80 pesos por hora.
– Papi, ¿me podrías prestar 40 pesos? – preguntó el pequeño.
El padre, muy enojado y tratando con brusquedad al hijo, le contestó – Así es que esa es la razón de saber cuánto gano! Vete a dormir y no me molestes, muchacho aprovechado.
Había caído la noche. El padre meditó sobre lo sucedido y se sentía culpable. Tal vez su hijo necesitaba algo. En fin; como quería descargar su conciencia dolida, se asomó al cuarto del pequeño y con voz baja preguntó:
– ¿Duermes, hijo?
– Dime papá…
– Aquí tienes el dinero que me pediste.
– Gracias, papá- contesto el pequeño. Y metiendo su manita bajo su almohada, sacó unos billetes y dijo – ¡Ahora ya completé, papi! Tengo 80 pesos. ¿Me podrías vender una hora de tu tiempo?
Sé que ustedes tienen que trabajan mucho, especialmente en esta época tan difícil para todos. Y sé también que, a menudo, tienen que sacrificar lo más querido: sus hijos. Pero cuando yo escuché esta reflexión por vez primera, me di cuenta que tenía que cambiar: nada es más valioso que el tiempo que podemos dar a nuestros seres queridos.
Y recuerda:
«Llena su vida de tanto y tanto amor que no quede espacio ni para un solo castigo»
Me despido con un abrazo y les recuerdo que pueden enviar sus preguntas y comentarios del Movimiento Prohibido Castigar © a: midoctoranancy@gmail.com, visitar mi página web
midoctoranancy.com y acompañarme en Twitter y Facebook
Facebook Doctora Nancy
¡Hasta la próxima!
