Quizá nos pasa más a las mamás latinas, pero estoy segura de que la mayoría de ustedes coincidirá en que, cuando está por nacer un crío, más si eres primeriza, todo el tiempo estamos escuchando opiniones de lo que debemos hacer para que coma, duerma, crezca y sea feliz.
No saben la cantidad de veces que me dicen “Martha, fíjate que mi mamá me dijo que le dé agua a mi bebé de dos meses, pero el pediatra dice que le va a hacer daño” o “Martha, no sé cuándo quitarle el pecho, mi suegra cree que ya no lo llena”. ¿A poco no les ha pasado?
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Cuando me acuerdo de lo agobiante que es escuchar a la mamá, a la suegra, a la amiga, al pediatra de la familia y no saber por quien decidirse, vuelvo a sentir preocupación. Justo por eso surgió bbmundo.
Tenemos tanta información, voces y opiniones que terminamos mareados y con la culpa de no saber si estamos tomando las mejores decisiones para criar a nuestros hijos. Esto además ha crecido con la facilidad de googlear cualquier tema y encontrar miles de páginas e incluso especialistas con opiniones diferentes, y hasta contrarias, sobre una misma cuestión. Aquí nuestro trabajo como mamás es decidir, de todo ese universo de información, qué es mejor para nuestro bebé.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Sin embargo, hay algo que creo que estamos olvidando y es, que de manera natural, las mujeres nos conectamos con nuestro cuerpo, con el embarazo y con nuestro hijo. En los nueve meses que pasa dentro de nosotras, ese cordón umbilical sirve para mucho más que alimentarlo; nos da la posibilidad de generar un vínculo tan fuerte y tan certero que solamente las que tenemos hijos podemos entender.
Por miles de años, hemos hecho lo que nuestra intución nos dicta para alimentarlo, para curarlo y para defenderlo. Con una mirada sabemos lo que está pasando con nuestros hijos: cuando tienen hambre, frío, si están aburridos o enojados, ¿o no mamás?.
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Entonces ¿por qué dudamos tanto? No pretendo que creamos ser unas sabelotodo, siempre será necesario preguntarle a los médicos, a nuestras madres y a los especialistas, pero de todo lo que escuchamos, nuestra enorme responsabilidad, es decidir qué aplicamos y qué dejamos que llegue a la vida de nuestros críos.
Cuando pienso en mayo como el mes de las madres, me gusta imaginar qué necesitamos para ser y hacer mejor nuestra chamba, la única para crear y criar seres humanos, y la respuesta es: tener herramientas para tomar mejores decisiones.
Así que lean, escuchen, consulten, infórmense pero también confíen en ustedes, en lo que saben, en lo que sienten, en lo que perciben de sus hijos. Les aseguro que así, van a estar más tranquilas de que están haciendo bien su trabajo.