Hay distintas causas por las que tu hijo podría tener algún tipo de pérdida auditiva: aproximadamente el 50% de las sorderas (hipoacusia) son de origen genético, mientras que el otro 50% es adquirdo y se desata por problemas durante el nacimiento o por haber padecido alguna infección de oído (otitis), entre otras razones. Estos son los factores de más alto riesgo en edad temprana:
De 0 a 28 días de nacido
- Sufrir toxoplasmosis, rubéola o sífilis aún dentro del útero
- Antecedentes familiares de sordera
- Tener un alto nivel de bilirrubina
- Padecer meningitis
De 29 días a 2 años
- Contagiarse de sarampión o paperas
- Tener un retraso en el desarrollo psicomotor o del lenguaje
- Inflamación del oído (otitis) recurrente
- Enfermedades que afectan el sistema nervioso central (desmielinizantes) como parálisis cerebral
Estimula su lenguaje
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¿Sabes por qué es tan importante que tu hijo escuche bien desde pequeño? Su cerebro, en especial cuando es recién nacido, es muy maleable y capaz: absorbe todos los estímulos que tiene a su alrededor para desarrollar sus capacidades al máximo y es a través del oído que adquiere el habla, ¿te imaginas?
La etapa más valiosa para que tu bebé comprenda el lenguaje es desde su nacimiento hasta que cumple 3 años de edad. Por eso, una vez que estés segura de que escucha bien, empieza con estimulación temprana diseñada para que aprenda a hablar. La otorrinolaringóloga pediatra estadounidense Dana Suskind, experta en el tema, recomienda tres puntos básicos para estimular correctamente a tu bebé:
- Conéctate. Obsérvalo, reconoce sus necesidades y mantente siempre en sintonía con su mundo y desarrollo.
- Platica más con él. Háblale de cualquier tema (la música, el día, los colores, ¡todo se vale!).
- Comparte turnos. Para hacerlo, espera a que te responda cuando le platicas algo. Ojo, no tiene que ser un balbuceo o una frase, puede sólo sonreír o hacer algún ademán para decirte que te está escuchando.
Actúa a tiempo
Desde 2007 se puso en marcha el programa de Tamiz Auditivo Neonatal e Intervención Temprana para detectar problemas en la audición del infante. De acuerdo a ENSAUT, el 45.6% de los niños recién nacidos han sido sometidos a esta prueba. Además del tamiz auditivo, hay otros estudios como revisiones audiológicas, potenciales evocados auditivos (que comprueban si el cerebro recibe los sonidos) y audiometrías para detectar algún problema; cada uno funciona a cierta edad, pero lo más importante es llevarlo con el médico audiólogo ante la menor duda.
Existen diferentes tratamientos que dependen del tipo y nivel de pérdida auditiva; el Implante Coclear (IC) es una valiosa opción para que niños sordos de nacimiento puedan adquirir el lenguaje, si se implanta antes de los 3 años de edad. Este sistema es el único dispositivo médico capaz de sustituir al sentido del oído por completo, totalmente diferente de un auxiliar auditivo. Consta de dos partes: un procesador de audio externo, situado detrás de la oreja, y un implante coclear que se coloca dentro (por debajo de la piel) mediante una sencilla cirugía. Aquí puedes darte una idea de cómo trabaja este dispositivo en el oído de tu hijo.
Si ésta es la alternativa que el especialista recomendó para tu hijo, fíjate que sea un implante certificado y tenga beneficios como la cobertura coclear completa, preservación de la estructura (electrodos flexibles para que cubran la cóclea sin dañar a tu bebé) y que su tecnología permita una percepción amplia de todas las frecuencias, incluyendo tonos bajos.
Tener un diagnóstico temprano es fundamental para que tu bebé pueda comenzar a estimular su capacidad auditiva al máximo. Así garantizarás que su audición tenga un impacto positivo en su desarrollo cognitivo, lenguaje y calidad de vida. Si tienes dudas sobre el desarrollo auditivo, revisa nuestra tabla de signos de pérdida auditiva.
Por Adriana Martínez, audióloga pediatra