A menudo ocurre al dormir y se ha detectado con mayor frecuencia en niños de entre seis y 10 años de edad, periodo en el cual mudan las piezas temporales por las permanentes. Algunos especialistas señalan que el estrés suele ser uno de los factores que lo causa y aunque no existen antecedentes específicos que puedan influir en la aparición de este trastorno, llega a provocar:
- Dolor de cabeza y oídos
- Inflamación de mandíbula
- Desgastes y pérdidas en los dientes
- Ruidos altos que no le permitirían compartir la habitación
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¡Ayúdalo!
- Cambia su rutina para dormir. Dale un baño con agua caliente antes de ir a la cama, pon música relajante, lean su libro favorito o cuéntale una historia
- Dale tiempo para jugar y descansar. Habla con él y pregúntale si se siente presionado por la escuela. Libéralo de clases particulares y actividades que le demanden mucha atención o esfuerzo físico
- Visita al dentista. Él hará la exploración adecuada para detectar el daño y si el caso lo amerita, recomendará el uso de protectores plásticos para impedir el deterioro del esmalte o algún tipo de analgésico en caso de que haya dolor
Por lo general, esta condición desaparece paulatinamente cuando los dientes definitivos están completos. Evita que la situación avance y mantente observadora para descartar problemas emocionales. De ser así, acudan con un psicólogo infantil.
Agradecemos la participación del odontólogo infantil Eduardo Ovadia. Contáctalo en el T. 5589 7539 y 5589 8242
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