Primero hay que mencionar que ningún medicamento es inofensivo si se abusa de él. Las intoxicaciones accidentales se producen con mayor frecuencia en niños entre 1 y 3 años por varios motivos: ya tienen cierta autonomía de movimientos, son muy curiosos y no pueden medir las consecuencias de sus actos. En México, la causa más frecuente de intoxicación pediátrica son los fármacos, en más de 70% de los casos, de los cuales una tercera parte es por analgésicos y antitérmicos, especialmente por paracetamol, ya que están presentes en casi todos los botiquines y normalmente tienen un sabor atractivo para los niños.
¿Cómo me puedo dar cuenta?
Los síntomas de una intoxicación pueden aparecer con retraso (por ejemplo, en el caso del paracetamol) y en ocasiones demasiado tarde. Los más comunes son:
- Manchas extrañas en la piel, quemaduras alrededor de la boca y la lengua
- Olor extraño o mal aliento
- Cambios de comportamiento como: somnolencia, dolor de estómago, hiperactividad o irritabilidad
- Pupilas dilatadas o contraídas
- Trastornos en la visión (visión doble o nublada)
- Aparición de náuseas o vómito sin ninguna otra explicación
- Envases de medicamentos abiertos y parcial o totalmente vacíos
¿Qué hago?
- Mantén la calma
- Si ha ingerido una gran cantidad de medicamento (dosis superior a la que le corresponde a los adultos), es importante acudir directamente urgencias del hospital más cercano
- Identifica la sustancia; calcula la cantidad ingerida y guarda el sobre o el recipiente donde estaba almacenada. Es importante que recuerdes la hora aproximada en la que lo tomó
- En caso de que vomite, recoge una muestra, ya que podría ayudar a identificar el agente causal
- No le provoques el vómito, ni le des líquidos sin instrucciones del médico
- Si está inconsciente hay que mantener libres las vías respiratorias, colocarlo en posición ventral con la cabeza hacia un lado y cubierto para evitar la pérdida de calor
- Si no respira, realiza respiración artificial boca a boca mientras lo trasladas a urgencias
Cómo evitarlo
Aunque estas recomendaciones van dirigidas fundamentalmente a los padres, es importante que también se informe a todas las personas que cuidan de él.
- Conserva el mínimo número de medicamentos en casa: algún fármaco para la fiebre o el dolor y los que necesite algún miembro de la familia para tratar alguna enfermedad
- Guárdalos en su envase original y fuera del alcance de los niños
- Educa a tus hijos sobre su utilidad y nunca los compares con dulces
- Evita tomarlos delante de ellos para que no te imiten
- No los automediques y nunca administres especialidades de adultos
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